Es bien sabido que la industria textil es de las más contaminantes del planeta. De hecho, ocupa el segundo puesto en el ranking. Incluso es responsable del 20% de los tóxicos que se vierten en el agua. Pero ¿sería una solución la ropa biodegradable y compostable? En ello está inmerso el instituto tecnológico Aitex. El centro para la investigación e innovación textil y la cosmética se ha propuesto impulsar la sostenibilidad de ambos sectores. Es por eso por lo que trabaja en un certificado que garantiza la biodegradabilidad y compostabilidad de este tipo de artículos.
“Con esto se busca dar un valor añadido a los productos”, afirma Isabel Soriano, jefa de área de Innovación de Aitex y responsable de la certificación. Puede ayudar a empresas e instituciones en la consecución de sus Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Del mismo modo, puede ser motivador para el cliente, cada vez más concienciado. “Es una alternativa sostenible y circular a los textiles sintéticos contaminantes”, explica Soriano. La intención es conseguir un menor impacto ambiental con los residuos textiles y cosméticos que se generan.
Motivando al sector textil y de la cosmética
La ropa biodegradable puede ser una alternativa para ello. “El objetivo es motivar a empresas para que fabriquen o vendan ropa biodegradable y compostable”, afirma Soriano. Ropa que ya existe, pero que se ha ido dejando de lado al introducir materiales sintéticos. Por ejemplo, el algodón es una fibra natural que es biodegradable. Sin embargo, a menudo se mezcla con otros materiales sintéticos y tintes químicos que abaratan el coste de la prenda. Unos elementos que después permanecen más tiempo en el entorno e incluso contaminan al ser tóxicos.
El poliester, que es un polímero que proviene del petróleo, no es biodegradable. Con todo, este puede ser sustituido por biopolímeros, que provienen de fuentes naturales. “En este caso sería sintética, pero también biodegradable”, explica la experta. Una forma de convertir una prenda contaminante en ropa biodegradable. De esta forma, se puede comprobar si un textil cumple con ese precepto “haciendo unas pruebas en función de los requisitos normativos”, asegura Soriano. Y en eso consiste este certificado de Aitex.
Ropa biodegradable y compostable
Aitex está trabajando ya con muestras de distintas compañías que se han interesado en lograr estas certificaciones. Unos títulos que miden dos cuestiones: si es biodegradable y si se trata, además, de un artículo compostable. “Es importante diferenciar estos dos conceptos”, apunta la experta. En el primer caso, se descompone en los elementos químicos que lo conforman de forma natural y pueden regresar al medio ambiente. Así, en un ensayo de laboratorio, se mide un porcentaje de biodegradación en un tiempo determinado. Y debe ser al menos del 90% en un periodo menor a seis meses, según la normativa ISO 14855. En ese periodo se ve la cantidad de oxígeno que consume la muestra y la cantidad de dióxido de carbono que genera.
En el segundo caso, sobre la compostabilidad, la diferencia radica en la posibilidad añadida de generar compost con el artículo. “Lo compopstable debe ser biodegradable, pero no todo lo biodegradable es compostable”, destaca Soriano. Es decir que, si la pasta de biodegradación que resulta se puede usar como abono y crecen las plantas, entonces es compostable. Algo que, además, permitiría la eliminación de residuos más fácilmente. Tanto de forma industrial, para destinarlo a sectores como el agrícola, como de forma casera en los hogares. Todo un avance en la sostenibilidad del sector con esta ropa biodegradable y compostable. Y Aitex ya está a punto de hacer públicos los primeros certificados de algunas empresas que han superado con éxito estos ensayos.