Estanilao Arana es catedrático de Derecho administrativo de la Universidad de Granada y director de ese mismo departamento. Es autor de numerosas publicaciones entre monografías, capítulos de libro y artículos de revista en las editoriales tanto nacionales como internacionales más prestigiosas dentro del mundo jurídico. En el V Congreso Nacional del Agua de Cox hablará sobre la ‘Problemática jurídica de la implantación de centrales hidroeléctricas reversibles’.
Dirige varios grupos y proyectos de investigación financiados por la Unión Europea, la Administración Central y la Junta de Andalucía. Ha sido vicedecano de la Facultad de Derecho de la Universidad de Granada y director de la Escuela de Postgrado de la Universidad de Granada. Es miembro de varios consejos editoriales y revisor de varias revistas especializadas en el ámbito del Derecho administrativo.
El salto del agua
—¿En qué consiste una central reversible?
—Es una instalación para la producción de energía eléctrica mediante el uso del agua aprovechando el salto de esta entre un depósito superior, construido con el objeto de almacenarla, al que se eleva mediante un sistema de turbinas desde un depósito o embalse situado en una cota inferior.
—¿Qué trabas burocráticas tiene la creación de centrales hidroeléctricas reversibles?
—Principalmente, se requiere una autorización demanial para el uso privativo del dominio público hidráulico. Y, a su vez, la autorización para producción de energía eléctrica regulada en la Ley del Sector Eléctrico.
—¿Esto ha supuesto una ralentización de los proyectos que estaban en marcha?
—Sí, puntualmente en algunos casos. En tanto que las concesiones y autorizaciones para la puesta en funcionamiento de estas centrales pueden afectar a derechos de concesionarios preexistentes y tener efectos ambientales sobre la calidad de las aguas. La Administración necesita prever dichos efectos y buscar soluciones a dichas afecciones antes de poner en marcha su autorización.
—¿Por qué ha generado distintos puntos de vista la implantación de estas centrales hidroeléctricas?
—Precisamente por los efectos antes comentados.
La tendencia de las centrales hidroeléctricas reversibles
—Sin embargo ¿en el ámbito internacional si hay una tendencia clara a este tipo de proyectos?
—La importancia de este tipo de centrales para el logro de un objetivo energético básico, como es la descarbonización de la economía y el incremento de la producción renovable implica que estos proyectos resulten de interés en cualquier país. La problemática derivada de los mismos puede variar en función de la regulación de cada lugar. En Europa, la problemática es muy semejante.
—¿Se debería desarrollar una regulación para facilitarlas, por su condición de infraestructura de almacenamiento de energía hidroeléctrica?
—Entendemos que no es precisa una nueva regulación, y que su implantación es posible con una correcta aplicación de la normativa existente. No obstante, podrían ser aconsejables modificaciones reglamentarias o incluso del TRLA para favorecer su implantación y para minimizar sus efectos.
![Estanislao Arana.](https://xn--rediseo-9za.iambiente.es/wp-content/uploads/2023/09/ESTANISLAO-ARANA.jpg)
—¿Los incentivos que se creen para estas infraestructuras pueden debilitar el equilibrio ecológico de las cuencas españolas?
—En principio, al tratarse de un uso no consuntivo del agua, los efectos ambientales de las infraestructuras, desde la perspectiva de los objetivos ambientales y de los caudales ecológicos, pueden ser puntuales y fácilmente reparables. En todo caso, hay que valorar también el efecto ambiental positivo de estas instalaciones respecto a los negativos que producen las centrales de otro tipo (térmicas o termonucleares) que podrían sustituir.
—¿Qué puede pasar en 2030 cuando caduquen casi la mitad de las concesiones de las 800 centrales hidroeléctricas que existen en el país?
—Pues, en función de su estado y efectos, unas se mantendrán y otras desaparecerán. Si la Administración hidráulica hace bien sus deberes y se cumplen los objetivos del PNIEC, la Administración sacará a concurso la explotación de las centrales que se encuentren en buen estado y podrán mantener su funcionamiento. Algunas de ellas incluso podrían reconvertirse en centrales hidráulicas reversibles.
—¿Cuál sería la solución para que se desarrollase esta línea energética de forma equilibrada?
—Como plantea la nueva Ley de Cambio Climático y Transición Energética, una implantación basada en el respeto y compatibilización con el medioambiente y los derechos preexistentes y una buena ejecución de la normativa vigente.