El despilfarro de las bolsas de plástico, que está generando un grave problema de contaminación en todos los rincones del planeta, tiene sus días contados. Una imagen escalofriante procedente del sur de Tailandia de una ballena expulsando de su boca, entre espasmos, cinco bolsas visualizó la semana pasada la gravedad de la situación a la que nos enfrentamos. El cetáceo murió y en su estómago hallaron 80 unidades de este residuo que está envenenando y matando nuestros océanos. Su efecto es devastador en la fauna y flora marina, sin olvidar las grandes cantidades de energías que son necesarias para su fabricación.
La guerra internacional contra las bolsas de plástico no ha hecho más que empezar. En España, el gratis total se va a acabar en breve y el próximo 1 de julio se cobrará, como mínimo cinco céntimos, en todos los comercios para reducir su uso. Aunque algunas grandes superficies hace tiempo que se sumaron a esta iniciativa, en apenas 15 días ya no podrán regalarse a los consumidores para llevarse la compra, a excepción de las muy ligeras que se entregan con los productos a granel o las que tienen un 70% o más de plástico reciclado.
Esta medida forma parte de la directiva de la UE que ha incorporado España a través del Real Decreto 293/2018, de 18 de mayo sobre reducción del consumo de bolsas de plástico, por el que se crea el Registro de Productores, y establece que el 1 de enero de 2021 quedará totalmente prohibida su distribución en los puntos de venta, incluyendo las entregas a domicilio y la venta online. La directiva europea tiene el foco en las bolsas de plástico ligeras de menos de cincuenta micras de espesor (0,05 milímetros), que son las más consumidas, las de usar y tirar, convirtiéndose en residuos más rápidamente, pero registrando tasas de reciclado bajas. Muchas acaban en vertederos, en el mar o son ingeridas por la fauna, llegando así a nuestra cadena de alimentación.
Según datos del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, consumimos cerca de siete mil millones de unidades al año, pero solo se recicla el 10%. ¿Cuánto tiempo usamos una bolsa? Menos de un cuarto de hora. ¿Y cuánto tarda en descomponerse? Más de un siglo.
La hoja de ruta contra el plástico será, por tanto, la siguiente:
- Desde el 1 de julio de 2018 se prohibirá la entrega gratuita, a excepción de las bolsas de plástico muy ligeras (necesarias por razones de higiene o como envase primario para alimentos de granel) y de plástico con espesor igual o superior a 50 micras con un porcentaje igual o mayor al 70% de plástico reciclado.
- A partir del 1 de enero de 2020 se sacarán de circulación las bolsas de plástico fragmentables. Además, las de espesor igual o superior a 50 micras contendrán un porcentaje mínimo del 50% de plástico reciclado.
- Desde 1 de enero de 2021 se vetarán las bolsas de plástico ligeras y muy ligeras, excepto si son de plástico compostable.
¿Qué están haciendo los súpers?
Las empresas están dando pasos para sumarme a esta lucha internacional. A finales de este mes, Mercadona obtendrá resultados del laboratorio que puso en marcha el pasado 7 de mayo en once de sus tiendas distribuidas en la provincia de Valencia, Islas Baleares, Barcelona y Bizkaia. A todos sus clientes se les está ofreciendo alternativas para transportar su compra y entre las opciones, además de las bolsas de plástico, están las de papel, las cestas de rafia y las cajas de cartón. Durante este tiempo y hasta el próximo 30 de junio están escuchando las aportaciones de consumidores y trabajadores respecto a la iniciativa y recogerán sus propuestas para decidir las que se implantarán finalmente en todas las tiendas.
Quien se ha adelantado es la compañía Lidl que acaba de anunciar que eliminará las bolsas de plástico en sus 550 establecimientos distribuidos por España en 2018 -en Baleares ya no las venden- apostando por alternativas más sostenibles. Esta medida va a suponer sacar de la circulación 100 millones de bolsas al año, -la compañía dejará de ingresar 1,5 millones de euros- ahorrando al medio ambiente más de 1.300 toneladas de plástico. Es decir, el equivalente a la superficie de 2.500 campos de fútbol.