La resiliencia aplicada al mundo urbano está en boga. Construir ciudades resilientes ante el cambio climático es clave para su futuro, siendo necesario diseñar Estrategias de Desarrollo Urbano Sostenible Integrado (EDUSI) que nos permitan identificar las debilidades y fortalezas del entorno y emprender acciones para hacer frente a los desafíos que se plantean en el siglo XXI. En este punto cobran especial importancia los Sistemas de Drenaje Urbano Sostenible (SDUS) y las soluciones basadas en la naturaleza (NBS). Un nuevo paradigma para fomentar el desarrollo sostenible, re-naturalizar áreas degradadas, mitigar el calentamiento y, en definitiva, apostar por una urbanización más ‘amigable’, gestionando el agua desde criterios de eficiencia para dar respuesta a las necesidades de una población creciente.
“Es un tema estrella a nivel europeo, que está insistiendo en este tipo de técnicas; en España, en los últimos años, este enfoque se ha puesto de moda pero se ha llegado tarde teniendo en cuenta que hace más de 25 años que existen manuales en otros países donde tratan el tema de manera general. Ahora el Ministerio está hablando, dentro el Pacto Nacional del Agua, de hacer un manual, una guía de buenas prácticas y la propia Federación de Municipios y Provincias le ha pedido que incorpore una propuesta de ordenanza tipo para promover estas técnicas a nivel municipal”, explica Pere Malgrat, director de Drenaje Urbano y Resiliencia de Aquatec-Suez Advanced Solutions.
Malgrat pone el caso Burdeos, donde en los últimos veinticinco años se han instalado diez mil instalaciones o sistemas de drenaje urbano sostenible. Otras ciudades como Inglaterra o EE UU también están apostando claramente. En el caso de España es muy incipiente y se puede estar hablando de medio centenar de iniciativas. Hay que despegar.
El cambio climático y el aumento de riesgos asociados a desastres naturales, una urbanización descontrolada, la degradación y pérdida de ‘capital natural’ y de los ‘servicios ecosistémicos’ que proporciona (limpieza de aire, agua y suelo) son algunos de los retos a lo que nos enfrentamos, sin olvidar las previsiones que se están lanzando: en el año 2050 el 80% de la población europea vivirá en ciudades, por lo que estos nuevos ciudadanos necesitarán viviendas, empleo, etc.
Así se pone de manifiesto en la ponencia sobre Los sistema de drenaje urbano sostenible de Malgrat y Agustín Torres, miembro de la Dirección de Desarrollo de Negocio Ingeniería y Control Ambiental Suez Advanced Solutions. Esta se presentó en la sesión de Agua y Ciudad. Compromiso mutuo en infraestructuras verdes, dentro del tercer Foro de las Ciudades de Madrid. En ella, los expertos destacaron la importancia de la gestión sostenible del ciclo integral del agua en las ciudades.
Imitar el ciclo hidrológico natural
Los SUDS son sistemas que imitan el ciclo hidrológico natural mediante la captación, filtración, retención, transporte, almacenaje e infiltración del agua de lluvia en el terreno. Muchos de ellos se consideran soluciones basadas en la naturaleza (NBS). Los objetivos, tal y como resumen los autores, son preservar la calidad de las aguas receptoras de escorrentías urbanas, respetar el régimen hidrológico natural de las cuencas, reduciendo volúmenes de escorrentía y caudales punta procedentes de zonas urbanizadas con la ayuda de elementos de retención en origen y minimizando áreas impermeables, integrar la gestión y el tratamiento de las aguas de lluvia en el paisaje, minimizando el coste de las infraestructuras de drenaje al mismo tiempo que aumenta el valor del entorno y reducir la demanda de agua potable, realizando una gestión integral de los recursos hídricos al fomentar la reutilización en origen tanto de aguas pluviales como grises.
Los estanques de retención, los humedales, las cunetas verdes, los pavimentos permeables, las zanjas de infiltración, los jardines de lluvias y los pozos de infiltración son ejemplos de sistemas alternativos para transformar una ciudades que están muy impermeabilizadas.
“Las ciudades están en muchos casos muy urbanizadas, donde estas técnicas tienen más recorrido son en las nuevas urbanizaciones o en las reurbanizaciones, pero es clave que los ayuntamientos realicen una apuesta”, insiste Malgrat, quien puntualiza que aunque se ponga en marcha una guía o una ordenanza tipo la competencia es de los consistorios.
Por ello, añade, sería conveniente impulsar políticas municipales, regionales y nacionales que favorezcan la implementación sistemática de las nuevas técnicas en el desarrollo urbano, – muchos municipios no tienen suficientes medios-, partiendo siempre de un buen diseño funcional sobre las condiciones locales y aplicando, después, un plan de mantenimiento que asegure la funcionalidad a lo largo de su vida útil.