Un equipo multidisciplinar -formado por 14 socios industriales y académicos de nueve
países de la Unión Europea y asociados- trabaja en un proyecto europeo para transformar el CO2 en hidrocarburos y que se pueda usar como gasolina para los coches. Este ambicioso proyecto Horizonte 2020 denominado eForFuel, que está financiado por la UE y que pretende ofrecer alternativas ‘verdes’ a los combustibles fósiles, se inició el pasado mes de marzo y en su primera fase está trabajando la Universidad de Alicante (UA), única institución representante de España.
Antonio Sepúlveda, investigador del Laboratorio de Materiales Avanzados de la UA,
presentó la investigación en el curso sobre los ‘Retos actuales frente a la problemática
del CO2’ que se celebró en la institución alicantina, y donde los expertos abordaron las últimas tecnologías de captura, almacenamiento, transporte y usos de este gas relacionado directamente con el efecto invernadero y el calentamiento global.
Subvencionado con cuatro millones de euros, en la fase inicial trabaja el equipo de
Sepúlveda junto con compañeros de Alemania y Noruega y consiste en diseñar y preparar los electro-catalizadores de la celda electroquímica donde se producirá la transformación del CO2 en ácido fórmico. Una vez esté desarrollado, que se espera que sea una realidad a mediados del año que viene, comenzará otro grupo con la bio-conversión del ácido fórmico en hidrocarburos que puedan servir como combustibles.
Según destaca Sepúlveda, se trata de un proyecto especial, respecto a otros que se están
llevando a cabo en esta línea, porque es muy multidisciplinar y en la transformación,
que es compleja, trabajan muchos especialistas como ingenieros químicos, expertos en
materiales, biólogos, biotecnólogos, etc. “La idea es obtener gasolina construyendo un
dispositivo unitario y compacto en el que, por una parte, entre, alimentemos el
CO2 y por otra parte salgan los hidrocarburos. En primer lugar, transformamos con
electricidad el CO2 en ácido fórmico, alimentamos unas bacterias diseñadas o
modificadas y esas bacterias a partir del ácido fórmico generan hidrocarburo. Luego se
transforma fácilmente en gasolina”, cuenta.
Dirigido y coordinado por científicos del Instituto Max Planck (MPI) de Fisiología
Molecular de las Plantas, en Alemania, en la información web sobre Eforfuel, el
coordinador del proyecto, Arren Bar-Even, indica que lo que hace única esta
investigación es la cadena de producción sostenible, convirtiendo las emisiones de
CO2 y la electricidad renovable en un compuesto de fácil manejo, el ácido fórmico, que
se alimenta a microbios modificados para que produzcan hidrocarburos renovables.
Con la idea que pretenden desarrollar quieren cerrar el círculo, añade Sepúlveda, quien
explica que “con el coche quemamos gasolina, la gasolina genera CO2, nosotros
cogemos el CO2 y lo transformamos en gasolina, con lo cual evitamos emisiones a la
atmósfera”.
El proyecto, que tiene una duración de cuatro años, permitirá crear un sistema de
demostración, por lo que, según el investigador del Laboratorio de Materiales
Avanzados de la UA, sería fácil de patentar aunque éste no es el cometido del grupo de
investigación. “Se podría llevar a la fabricación y desarrollarlo a nivel de comercialización”, apunta.
Electricidad y sequía
Los últimos datos del Ministerio de Transición Ecológica reflejan la situación grave por
la que está pasando España en emisiones de CO2 al aumentar un 4,4% en 2017. Se
trata de la mayor subida de los últimos quince años. En total se han expulsado 338,8
millones de toneladas de CO2, siendo un 17,8% superior al año 1990 cuando el objetivo
es reducirlas un 20% para 2030.
Según el Ministerio, la principal subida estuvo relacionada con la generación de
electricidad, que aumentó sus emisiones un 18,8% debido a la mayor producción de
electricidad en centrales de carbón y ciclos combinados de gas en un año de sequía en el
que la producción hidráulica disminuyó un 49%. También contribuyeron a este
aumento el incremento de las emisiones del sector industrial (+3,2%), del transporte por
carretera (+2,5%) o de la agricultura (+2,9%). Las principales bajadas se registraron en
el sector residencial (-2,8%) y en el uso de gases fluorados (+17,2%).