¿Qué ideas aportar contra la crisis? La responsabilidad social corporativa busca encontrar nuevas soluciones.

Principios de RSC (4): Solución de fondo a la crisis mundial

El mundo actual afronta, a pesar de la prosperidad reinante, una crisis sin precedentes. Esta ya no es solo de valores sino económica, empresarial y política. Se pone en tela de juicio el desarrollo industrial por la contaminación que provoca el calentamiento global y el correspondiente peligro de la destrucción de la vida en la Tierra, como si la vida en realidad no fuera viable ni sostenible en un futuro cercano.

La crisis social

A esto se suma la crisis social, evidente en los altos grados de pobreza y otros muchos indicadores que van desde el desempleo y la corrupción hasta la guerra y violación de derechos humanos, fenómenos que afectan con rigor a una región como América Latina, cuya desigualdad social es la mayor del mundo.

Soluciones de fondo

¿Qué hacer? En general, las soluciones a tan graves problemas tienen que ser de fondo, estructurales, entre otras razones porque es preciso construir una democracia plena, tanto política como económica y social; hay que incorporar otra vez la ética al mercado, regido ahora por valores como la solidaridad, y en definitiva se reclama un nuevo orden económico internacional, una nueva economía, una nueva empresa, una nueva sociedad y un nuevo ser humano, todos a una en ejercicio de su responsabilidad social.

He ahí el reino de la Responsabilidad Social Corporativa (RSC).

El capitalismo social

Es urgente, entonces, hacer un alto en el camino y cambiar de rumbo. Que es un cambio de época, como pocos se han dado en la historia de la humanidad.

Avanzamos hacia un capitalismo social, retomando principios como los de la Economía Social de Mercado; los países y sus gobiernos, reunidos en la Organización de Naciones Unidas (ONU), se comprometieron con alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (prolongación de los Objetivos de Desarrollo del Milenio que se adoptaron a comienzos del año dos mil) encabezados por la reducción sustancial de la pobreza, al tiempo que suscribieron un Pacto Global –Global Compact– que contempla a la RSC, de manera explícita, como un mandato universal, y en cada país suelen invocarse normas constitucionales sobre el Estado Social de Derecho y la función social de la propiedad privada, cuya aplicación se exige a diestra y siniestra.

El boom de la RSC:

Es el reino de la Responsabilidad Social Corporativa, claro está. Que implica, como lo dice su nombre, la mayor responsabilidad de las empresas y otras organizaciones sociales, ya no solo del Estado o el gobierno, en la solución de tales problemas, más aún cuando asistimos a un desarrollo empresarial sin precedentes ni fronteras, con multinacionales que ofrecen sus productos a nivel global y superan muchas veces el Producto Interno Bruto (PIB) de los países, por imposible que parezca.

No es de extrañar, por tanto, el boom de la RSC en los diferentes países, tanto desarrollados como del Tercer Mundo, por la dimensión y complejidad de sus problemas sociales, cuya solución demanda la participación efectiva del sector privado y de la sociedad en su conjunto.

(Próxima entrega: Rumbo al Pacto Global).

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