La Universidad de Alicante quiere menos residuos plásticos y favorecer su reciclaje. Esta semana ha presentado la estrategia Plástico 2.0 para cumplir ese objetivo. ¿La forma de hacerlo? Para empezar reducirán su consumo, luego aumentarán la eficiencia del reciclaje de residuos y, además, trabajarán para mejorar la sensibilización de la comunidad universitaria.
Conseguir esta drástica reducción del consumo de plástico que se plantean forma parte del Programa de Responsabilidad Social. De presentarlo se ha encargado su rector, Manuel Palomar. Para avanzar en ese objetivo han planteado las veinticinco acciones específicas que llevarán a cabo hasta 2023.
En este medio plazo esperan conseguir los objetivos favoreciendo una mejor asunción de hábitos de vida. Con ellos implican un consumo medioambientalmente sostenible y el aumento de grupos de interés en la comunidad universitaria sobre estos retos.
Veinticinco acciones
Las veinticinco acciones de la estrategia Plástico 2.0 las han dividido en cuatro apartados. El primero, dedicado a la reducción de residuo plástico y de envases generados en la UA, consta de nueve puntos. El agua es el primer foco en el que se centran. La idea es instalar nuevas fuentes, mejorar el funcionamiento, aspecto y ubicación de las actuales. Así se animará a que toda la comunidad utilice las cantimploras o botellas rellenables que se les entregarán.
La comida es otra de las áreas abordadas. Uno de los cambios que aplicarán es la supresión de la venta de alimentos que no se distribuyan en envases biodegradables en todo el Campus. Y eso incluye agua, refrescos, snacks o sándwiches. Para servirse de ellos, los platos o vasos también deberán ser reutilizables o biodegradables. Así se sustituirán los de un solo uso.
Otros propuestas de la estrategia Plástico 2.0 incluyen ofrecer un descuento en las máquinas expendedoras de bebidas calientes, como el café, por usar una taza propia y no consumir el vaso de la máquina. Estos, además, deberán ser materiables biodegradables. Esta medida entronca con la solicitud a los proveedores (directos-UA e indirectos-subcontratas) para que reduzcan sus envases plásticos o den prioridad a quienes ofrezcan envases más livianos o biodegradables.
En el caso de las empresas concesionarias de limpieza, se establecerán sistemas de rellenado de productos para fomentar la reutilización. El adiós a un solo uso se extiende al servicio de cáterin. La idea es incorporar un servicio de préstamo de vasos y menaje básico reutilizable para los aperitivos o eventos.
Reciclaje más eficiente
La segunda área aborda la mejora en la eficiencia del sistema de reciclaje de la Universidad de Alicante. Una de las claves es eliminar las papeleras comunes y sustituirlas por islas de reciclaje. En estas se pueden desechar los residuos según su origen. Una de las zonas que quieren trabajar en particular es la entrada de la biblioteca. Esta la tienen identificada como punto negro de generación de residuos y escaso reciclaje. El siguiente paso en esa mejora es implantar un método de recogida selectiva que aumente los flujos de residuos de modo progresivo.
El ofrecer recursos se enlaza con la tercera área, sensibilizar a la comunidad universitaria. Una campaña detallará los residuos más comunes de la UA. De esos datos se informará de los impactos medioambientales posteriores, especialmente los derivados de los residuos de envase y plásticos. Un punto clave en este sentido será informar a dónde se debe depositar cada residuo para su adecuado reciclaje.
Si en el primer apartado mencionan la instalación y mejora de las fuentes, en este se comprometen a fomentar su uso. De igual manera harán con los recipientes rellenables, en particular la taza de café propia y la cantimplora UA. Aparte de las jornadas y ciclos informativos de carácter medioambiental, se pondrán en valor los productos frescos y saludables en detrimento de los productos envasados y preparados.
Coordinación
El último de los apartados de la estrategia Plástico 2.0 se centra en aumentar la organización y coordinación de los diferentes grupos de interés de la comunidad universitaria. Así se pretende una mejor gestión antes los retos que se plantean en materia medioambiental.
Eso implica crear una mesa de seguimiento formada por las autoridades universitarias con competencias en la materia y por representantes de los grupos de interés identificados. Aparte, se busca involucrar a investigadores, profesorado y alumnado en la aplicación de medidas propuestas. Para ello fomentarán la investigación en las temáticas abordadas con premios y/o becas de investigación. El último de los veinticinco puntos establece un programa de voluntariado para llevar acciones encaminadas a la reducción de residuos y aumento de la sostenibilidad del Campus.
El diseño de estas acciones es fruto de un trabajo participativo con los diferentes grupos de interés de la UA, del marco normativo correspondiente a los residuos plásticos y de las políticas y medidas desarrolladas por universidades referentes en materia de sostenibilidad a nivel global. En el informe Hacia una gestión sostenible de los plásticos en la Universidad de Alicante. Diagnóstico y propuestas de actuación detallan el programa hecho desde el Vicerrectorado de Responsabilidad Social, Inclusión e Igualdad.
Desde la Universidad destacan que esta coyuntura abre una oportunidad. Así, la estrategia Plástico 2.0 la ven como un reto para co-liderar una estrategia global que favorezca la sostenibilidad de los ecosistemas actuando sobre una de las mayores problemáticas actuales: la contaminación por plásticos.