Orba, municipio de la comarca de la Marina Alta, ha multiplicado casi por seis su tasa de reciclaje de residuos llegando hasta un 85%. El sistema de Recogida de Residuos Puerta a Puerta de esta población alicantina ha sacado de las calle los contenedores, disminuyendo al máximo el resto. Es decir, lo que no se puede reutilizar o reciclar y que se envía al vertedero (pañales, compresas, restos de cerámica, bastoncillos del oído, polvo de barrer, etc).
El pasado 18 de febrero, el Ayuntamiento puso en marcha el sistema, tras un periodo de estudios, encuestas y campañas de información entre sus dos mil vecinos. Así se convierten en un referente como pioneros en la Comunidad Valenciana. El objetivo es aumentar los índices de reciclaje y cumplir con los plazos marcados por la Unión Europa. Para el periodo 2020-25, las ciudades tendrán que alcanzar un mínimo del 55% como primera fase para aproximarnos, de forma gradual, al reto de ‘residuo cero’. ¿Cómo conseguirlo?
La recogida segregada mediante los contenedores en la calle es voluntaria. Hay que tener en cuenta que en el mejor de los casos se conseguiría llegar a una tasa de reciclaje del 30-35%. Esos datos estarían todavía lejos del marcado por Europa porque el orgánico está mezclado con la fracción resto y va a parar al vertedero. Si se quiere cambiar el actual modelo de economía lineal por el de la economía circular, esta opción del vertido debería ir en claro decrecimiento.
![Adiós a los contenedores tradicionales. Dos cubos sirven para separar las basuras. Según el día de la semana se sacan unos residuos u otros.](https://xn--rediseo-9za.iambiente.es/wp-content/uploads/2018/11/ORBA1-683x1024.jpg)
Desaparecen los contenedores tradicionales
Orba decidió apostar por el Sistema de Recogida Puerta a Puerta. Desaparecen los tradicionales contenedores y entregan a los vecinos dos cubos para separar la basura que posteriormente un camión recoge en las puertas de sus casas. De las cuatro fracciones que tienen normalmente los municipios se ha pasado a cinco, es decir, materia orgánica, vidrio, papel y cartón, envases y resto. Un cubo marrón es exclusivo para el orgánico y el blanco sirve para los otros. Según los días de la semana sacan cada tipo de fracción. Normalmente, se alterna el orgánico (en bolsas compostables) con alguna de las otras.
Este modelo ha permitido separar el orgánico de los residuos que no se pueden reciclar, enviando una mínima parte al vertedero. Consiguen así un orgánico limpio y puro para que salga un compost de calidad, mientras que el plástico, papel y vidrio pueden posteriormente comercializarse fomentando la economía circular. El resultado es que sus índices de reciclaje se han disparado al pasar del 15% al 80% e, incluso, se ha llegado a un pico del 85%.
Además, los cubos disponen de un chip para identificar el comportamiento de cada usuario. Está previsto que aquellos vecinos que reciclan bien, no mezclan residuos y sacan a la puerta cada día las fracciones establecidas sean premiados con alguna bonificación o disminución del impuesto municipal de residuos.
Experiencias en España
Actualmente, algunos municipios en España están apostando por este modelo, cuya implantación y éxito -según explican- no depende de si la densidad de población es pequeña o mediana. La dificultad estaría sobre todo en ciudades con importante presencia de turistas, que solo residen pequeñas temporadas, para hacerles llegar el sistema, que lo conozcan y se comprometan. En el caso de ciudades que no tengan un urbanismo horizontal -con edificación vertical- el modelo tendría que adaptarse.
Experiencias de este tipo hay en Cataluña o en el País Vasco. En el caso de la Comunidad Valenciana, la iniciativa de Orba ha dado pie a que otros municipios se interesen, llevando a la Conselleria Medio Ambiente a impulsar, el pasado mes de septiembre, la creación de la Asociación Valenciana de Municipios a Favor de la Recogida Selectiva Puerta a Puerta.