Una sencilla carta en la mesa de su boda animando a beber agua del grifo hizo viral su llamamiento.

Una boda ‘reivindicativa’ para consumir agua del grifo

“¡Hola a todos! Os habréis dado cuenta de que serviremos por defecto agua de grifo. Esto es porque se gasta mucha energía y recursos en potabilizar el agua para que sea segura”. Así comenzaba el mensaje que recibieron los invitados a la boda de Marina Arnaldos el pasado mes de septiembre. En las mesas colocaron agua del grifo en botellas de vidrio con una pequeña explicación.

Responsable de área de Recursos Hídricos, Producción y Regeneración de Cetaqua y presidenta de Young Water Professionals (YWP) Spain, a Marina ni por un momento se le pasó por la cabeza otra opción. “No iba a poner agua mineral, era un requisito imprescindible de mi boda porque siempre lo he defendido y, por tanto, hubiera sido una falta total de coherencia”, afirma.

La celebración de la boda contribuyó a reivindicar el consumo del agua del grifo y a lanzar un mensaje que está costando que cale entre la sociedad. Y es que aunque todo son beneficios –absolutamente segura y saludable, mucho más barata y no genera residuos al medio ambiente– todavía pesan las falsas creencias como que beberla puede suponer un riesgo para la salud. Otros simplemente la rechazan porque no les gusta su sabor y lo confunden dicho sabor con problemas de calidad. La consecuencia directa es que los españoles estamos contaminando el medio ambiente con 3.000 millones de botellas de plástico cada año.

Requisitos de calidad

El agua potable que llega a tu casa tiene que cumplir requisitos de calidad mucho más estrictos que la mineral, que actualmente está catalogada como un alimento, aplicándosele un marco legal diferente al de las aguas de abastecimiento”, insiste Marina. Respecto a su sabor, “es por el cloro para proteger el agua en su transporte, pero si no te gusta puedes, por ejemplo, añadir limón, usar una jarra de tipo Britta o simplemente ponerla en la nevera para que se enfríe; tenemos que ser ciudadanos responsables, al igual que lo somos cuando separamos los residuos sólidos en casa y nos cuesta más trabajo”.

En el hotel donde celebró la boda le pidieron que explicara a los invitados el por qué se serviría agua del grifo y que era voluntad de los novios. Una oportunidad que aprovechó para recordar a familia y amigos que “no solo nos protege a nosotros si no también al medio ambiente al evitar que haya toneladas de plástico flotando por el mar”. La aceptación entre los invitados fue total: “Cuando a la gente se lo explicas, aunque al principio muestren cierta resistencia, lo entienden muy bien; el problema es que no hay un conocimiento del sector del agua y de su buen hacer”. A su juicio, “desde el sector tenemos que hacer un mayor acercamiento al usuario final para que comprenda la importancia de la gestión del agua como un recurso indispensable”.

Marina Arnaldos recuerda que “el agua potable que llega a tu casa tiene que cumplir requisitos de calidad mucho más estrictos que la mineral»

Red de referencia para los jóvenes profesionales

Marina es ingeniera de procesos de tratamiento de aguas por pura vocación. Su trayectoria así lo demuestra. Cursó un doctorado en el Illinois Institute of Technology (Chicago, EEUU) mientras trabajaba como investigadora asociada. Ya en España obtuvo una beca Marie Curie como investigadora en el Departamento I+D+i de Acciona Agua y pronto pasó a ocuparse del área de Desalación y Nuevas Tecnologías. Actualmente, es la responsable de Recursos Hídricos, Producción y Regeneración en Cetaqua, Centro Tecnológico de Aguas de Barcelona (grupo Suez).

Además, ocupa la Presidencia de YWP Spain, la rama española de jóvenes profesionales del agua menores de 35 años promovida a nivel mundial por la International Water Association (IWA). En España, su principal impulsor es la Asociación Española de Agua y Saneamiento (AEAS). Se trata de una red de networking de referencia a nivel nacional de jóvenes profesionales y estudiantes interesados en el sector. El pasado año, Young Water Professionals obtuvo el Premio iAgua a la Mejor Asociación.

Montañas de plástico

“El agua potable está tratada bajo unos criterios de calidad muy estrictos y para llevarla a las casas y a las industrias con garantías detrás hay un gran trabajo de muchos profesionales”, destaca la presidenta de YWP, quien puntualiza que “esto no pasa en otros países”. “Una de las grandes diferencias entre el primer y tercer mundo y que más te llama la atención no son las telecomunicaciones, ni los coches, muchas veces son los temas de potabilización y saneamiento. Como receptores de estos servicios de alta calidad somos unos privilegiados y nos estamos haciendo un flaco favor comprando agua mineral y generando plástico de manera brutal que no vemos haciendo montañas por el suelo porque tenemos vertederos donde tirarlos y olvidarnos”, añade.

Su mensaje es muy claro: “Cada vez que consumes agua mineral no es solo que estés obviando este esfuerzo en recursos humanos y económicos, también estás provocando un daño muy grande al medio ambiente; tenemos que asumir nuestra responsabilidad”.

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