Agua limpia y saneamiento, acción por el clima, y producción y consumo responsables. Estos son los tres objetivos de desarrollo sostenible que Laura de Vega ha presentado dentro del foro A Coruña 2030. En esta cita organizada por la Cadena Ser, la directora de Desarrollo Sostenible de Grupo Suez – Área Centro Norte ha explicado las acciones de su grupo para contribuir a la agenda 2030.
En su discurso, Vega ha concretado su sistema de trabajo para aplicar la economía circular al ciclo integral del agua. «El papel de las empresas es muy importante para alcanzar las metas de la agenda 2030», ha sostenido. La directora recuerda que cuando se aprobaron estas guías, Naciones Unidas hizo un llamamiento para la acción a todos los agentes para hacernos partícipes.
El Rewater global plan, 2017-2021 representa esa hoja de ruta comentada. En ella, sostenibilidad y compromiso social permiten que empresas como Suez se puedan conjuntar su estrategia con los ODS y sus metas específicas. «Suez lo apoyó desde el principio y esto nos ha posicionado como punta de lanza», ha explicado, «en asunción de compromisos que contribuyan a alcanzar estos ODS».
«Numerosos expertos han alertado que los retos del agua a los que se enfrentará la humanidad en nuestro siglo son la presión demográfica —sobre todo en las ciudades— y el cambio climático», ha razonado. La experta ha destacado que esto último tendrá un «evidente» impacto en el agua. Los ejemplos más claros: situaciones climáticas más extremas, sequías severas y fuertes inundaciones.
Cambio de paradigma
Vega tiene clara la solución a estos problemas, la economía circular. La experta la destaca porque «supone un cambio de paradigma frente a la economía lineal de consumo y deshecho». Y en Suez ha asegurado que eso es patente: «Nos hemos comprometido a que en 2021 habremos reducido el 90% de nuestras emisiones de CO2«.
El siguiente objetivo que se marcan es el conocido como número seis, preservar el agua como fuente de vida. Aquí, la experta ha recordado los datos de Naciones Unidas. «La demanda de agua potable aumentará un 50% antes de 2030», ha argumentado, «España se encuentra entre los países con elevado estrés hídrico, en este contexto es necesaria una visión global del ciclo del agua». De ahí que haya subrayado que «desde Suez promovemos la reutilización de agua también aplicando la economía circular además de hacer más eficientes la redes de abastecimiento al máximo».
Ese trabajo ya está en marcha. Y eso le ha servido a Vega a destacar tres ciudades: Alicante, Barcelona y Briviesca. Cada una con un área de la que presumir: uso urbano, riego de jardines y uso industrial. En 2017, según sus datos, reutilizaron 89 hectómetros cúbicos.
Si esto ya es destacable. La transformación de las diferentes estaciones de depuración de aguas residuales es una línea por la que han merecido reconocimiento internacional. «Frente al antiguo paradigma de economía lineal, Suez plantea un nuevo enfoque para las depuradoras: mediante tecnología las transformamos en biofactorías».
Los logros que consiguen estas biofactorías los resume así. «Consiguen reutilizar el 100% del agua tratada para usos agrícolas, urbanos, industriales y ambientales; valorizan el 100% de los residuos (arenas, fangos y grasas, mediante compostaje para uso agrícola); y, por último, son autosuficientes energéticamente».
El caso de la Biofactoria sur de Granada
Su hoja de ruta para 2020 es Cero energía, residuo cero. Ese ambicioso programa lo llevan a cabo con acciones de fomento de la biodiversidad y apoyo a la comunidad local. La ejecutiva matiza que, «puntualmente, ya se está llegando al autoabastecimiento». Y este proyecto expande sus líneas. Según ha explicado Vega, «como proyecto de futuro está prevista la construcción de un parque solar fotovoltaico», que así cumple con el cien por cien del aprovechamiento térmico. Para cumplir con el 100% movilidad sostenible han instalado una electrolinera alimentada por la energía generada en la propia planta para el suministro de su flota de vehículos eléctricos.
Más. El 99% de los residuos son valorizados. Esto se traduce en que los lodos son transformados en abono, por ejemplo. En concreto, el año pasado produjeron 19.369 toneladas de fango, y el 100% fue usado para aplicación agrícola, con un 12,52% para compost y casi el 88% de aplicación directa. No solo el fango se puede compostar, en Granada se compostan las arenas: trescientas toneladas y las grasas veinticinco toneladas.
Vega terminó su exposición hablando de la innovación y creación a finales de 2018 de la unidad mixta Cigat-Biofactoría que da continuidad al primer Cigat de 2015. Es el reciente caso en Galicia: una unidad mixta es un modelo de colaboración público privada entre la Agencia galega de innovación (Gain) dependiente de la Conselleria de economía e industria de la Xunta, Cetaqua — Cetaqua que es el centro tecnológico del agua de Galicia constituido entre Viaqua, la Universidad de Santiago de Compostela y el CSIC—.
La misión de esta unidad mixta es «el desarrollo y transferencia de nuevas soluciones tecnológicas». Con estas pretenden hacer efectivo el tránsito hacia nuevos modelos de economía circular. A ello ayudaría la revalorización material de diferentes corrientes residuales, tanto urbanas como industriales.
Esta Unidad Mixta da continuidad a una primera unidad creada en 2015 y se desarrollará durante los próximos meses.
El fango se recupera
En concreto, tiene dos líneas de investigación principales. la primera de ellas es la producción de productos químicos de alto valor añadido a partir de los fangos de depuración y de aguas residuales industriales. Y la segunda es la recuperación de otros productos de alto valor añadido existentes en las aguas residuales industriales.
Sobre la implantación de la biofactoría, «el proyecto acaba de arrancar con una primera actividad de tipo preliminar». En ella se van a caracterizar diferentes corrientes residuales tanto urbanas como industriales, de los sectores conservero, lácteo y vitivinícola.
Quienes lo saben bien son los responsables de la EDAR de Ourense. De hecho consideran que «se posicionará como una instalación pionera a nivel mundial en el campo de la biorrefinería». Lo hacen paso a paso con este sistema de «obtención de productos de alto valor añadido basados en el carbono no obtenidos del petróleo».
La ejecutiva tiene claro que «este proyecto sitúa a Galicia a la vanguardia de la innovación tecnológica en el sector del agua». Por eso, su conclusión es que «si queremos lograr un auténtico sistema basado en economía circular debemos utilizar el conocimiento, tecnología en la innovación y alianzas. Así que para «conseguir este cambio de paradigma, generaremos valor, económico, para las personas y para el planeta».