.El Clot de Galvany es uno de esos oasis mediterráneos que dan sentido al eslogan con el que se promociona la ciudad de Elche. Sus humedales cuentan con 360 hectáreas y se encuentran integrados en su término municipal, en el conjunto de charcas de la partida ilicitana de Balsares, entre las dunas de los Arenales del Sol y del Carabassí. Un marjal costero que en los años setenta y ochenta estuvo en peligro de ser destruido por la actividad urbanística. Gracias a su declaración como Paraje Natural Municipal por parte del Ayuntamiento, consiguió salvarse ya que este se hizo cargo de su conservación y protección. Una segunda vida para este enclave que ahora celebra su catorce aniversario.
Situado entre varios núcleos urbanos de Elche y Santa Pola, ha conseguido sobrevivir a la expansión de estos. Gracias a su declaración de protección, ni la urbanización ni el incremento de población de las zonas aledañas han impedido que se mantengan en gran medida sus condiciones. Así, las aves han seguido encontrando en el Clot de Galvany un lugar para el asentamiento y reproducción. De hecho, como se ha podido demostrar, se trata de un gran enclave para el desarrollo de estos animales. El Clot es uno de los pocos humedales peninsulares donde se reproduce la cerceta pardilla, una de las aves más amenazadas de España y de Europa occidental.
Un importante patrimonio
Pero también es un lugar para el desarrollo de la flora típica de las zonas mediterráneas. Y es, además, un espacio que atesora gran historia y que conserva un importante patrimonio. Fue escenario de distintas batallas durante la Guerra Civil Española como extremo sur de la posición defensiva del último gobierno republicano. Y en este sentido, se conservan búnkers y trincheras. De hecho, en épocas de sequía se han llegado a encontrar incluso artefactos explosivos que se remontan a esos episodios históricos. Un patrimonio que también se ha recuperado de su estado ruinoso y se ha puesto en valor. Al igual que los yacimientos arqueológicos encontrados en los que se han localizado antiguas granjas que datan de la época romana.
“La protección del paraje comenzó en la década de los noventa”, explica Juan Carlos Aranda. El director-conservador del Clot de Galvany detalla que fue cuando el Ayuntamiento de Elche accedió a la propiedad de los terrenos que componen el parque. Desde ahí hasta 1996 se fueron realizando diversas labores de recuperación del humedal, tras su destrucción por el intento urbanizador. En 1998 se instauró un servicio de educación y control mediombiental que se mantiene hasta la fecha. “Aunque uno de los hitos más importantes en el desarrollo del parque se produjo en 2005”, destaca. Fue es cuando por fin se consigue que se reconozca como un espacio protegido en base a la legislación ambiental de la Comunitat Valenciana. Un momento que ahora celebra sus catorce años de protección y puesta en valor.
![La dotación de infraestructuras en el Clot de Galvany es uno de los mayores cambios que ha tenido el espacio.](https://xn--rediseo-9za.iambiente.es/wp-content/uploads/2019/02/clot_41-1024x576.jpeg)
La gestión del agua
En estos últimos años, las labores más importantes han sido las de dotar al espacio de infraestructuras para permitir que se puedan conservar sus valores naturales, como principal objetivo. Por otro lado, facilitan que la gente acceda de forma ordenada y compatible con la protección de los recursos. “Se han instalado esas infraestructuras que permiten que se visite y se han señalizado los espacios más destacados para informar al visitante”, comenta Aranda. El director señala la gestión del agua como uno de los aspectos más importantes en su conservación.
Las condiciones climáticas y la sobreexplotación, por parte de las fincas colindantes, de los acuíferos naturales de los que se abastecen las lagunas del parque, hizo que fueran más largos los períodos de sequía en los que el humedal permanece sin agua. Lo que ponía en peligro a las especies animales y vegetales que allí habitan. La solución llegó en 2002 cuando se crearon otras lagunas artificiales con aguas regeneradas. Esto ha permitido regular sus ciclos hídricos habituales de inundación y de sequía. Una iniciativa con la que se ha permitido no solo la supervivencia de esas especies naturales habituales, sino la proliferación de otras nuevas. “El acuífero natural dejó de ser funcional, pero el objetivo ahora es recuperarlo, aunque ese será un proceso largo y duradero que podría contar con plazos geológicos, ya que su formación original probablemente requirió cientos de años”, cuenta el director.
El salto cualitativo
“Con la intervención de Aigüas d’Elx en el año 2013, cuando empieza a financiar la gestión y a aportar sus conocimientos, el parque da un salto cualitativo muy importante porque una de esas principales actuaciones ha sido mejorar todo el sistema de bombeo y conducción del agua regenerada, de tal forma que se mejora la alimentación de las charcas artificiales, pero además de las charcas naturales”, afirma Arneda. Desde ese año se mantiene siempre una lámina de agua durante todo el año con la que se consigue mantener el equilibrio ecológico del entorno. “Ese ha sido el mayor avance en la conservación del Clot de Galvany durante los últimos años”, sentencia. Así que el objetivo ahora es ir añadiendo a su término nuevos terrenos que permitan asegurar y consolidar lo que ya existe para continuar expandiéndose.