La Comisión Europea ha publicado este lunes un informe exhaustivo sobre la aplicación del plan de acción sobre la economía circular aprobado en diciembre de 2015. El documento esboza las cuestiones pendientes de este plan de acción para allanar el camino hacia a una economía circular competitiva y neutra desde el punto de vista del clima, que reduzca al mínimo la presión sobre los recursos naturales, el agua dulce y los ecosistemas. Las conclusiones del informe se debatirán en la conferencia anual de las partes interesadas sobre la economía circular, que se celebrará en Bruselas estos días 6 y 7 de marzo.
El vicepresidente primero de la CE y responsable de Desarrollo Sostenible, Frans Timmermans, afirmó que la economía circular es «importantísima» si se quiere que la europea «trepe la vía de la sostenibilidad y respete los objetivos mundiales de desarrollo sostenible». En su opinión, el informe «pone de manifiesto el liderazgo europeo en este sector» a pesar de que, reconoció, «aún queda mucho por hacer» si se quiere conseguir «aumentar nuestra prosperidad dentro de los límites de nuestro planeta» sin «malgastar nuestros valiosos recursos «. El vicepresidente responsable de Empleo, Crecimiento, Inversión y Competitividad, Jyrki Katainen, por su parte, consideró el documento «muy alentador». Este muestra que «el potencial de crecimiento sostenible es enorme» y que el Viejo Continente es «el lugar más propicio para el desarrollo de una industria respetuosa con el medio ambiente».
Acelerar la transición
Cuando han pasado tres años de su aprobación, las 54 acciones del plan sobre economía circular ya han sido llevadas a cabo o están en proceso. El informe, pues, considera terminado el plan de ación. Concluye que ha conseguido acelerar la transición hacia la economía circular en Europa. Y, a la vez, ha impulsado la creación de puestos de trabajo. Así, hasta llegar a los cuatro millones de trabajadores en el sector, un 6% más que en 2012. Además, la circularidad ha abierto nuevas oportunidades, modelos de negocio y mercados: la reparación, la reutilización y el reciclaje generaron 147.000 millones de euros de valor añadido en 2016, al tiempo que recibieron inversiones por valor de 17.500 millones.
En el problema del plástico, uno de los elementos claves en la circularización de la economía, la estrategia de la UE permite adoptar un enfoque basado en materiales específicos e integrar el diseño, el uso, la reutilización y el reciclaje en sus cadenas de valor, con el objetivo de que en 2030 todos los envases de plástico comercializados en la UE sean reutilizables o reciclados. Para impulsar un mercado asociado a esta actividad, la CE puso en marcha una campaña de compromiso voluntario que ya cuenta con la adhesión de 70 empresas que, según la Comisión, hará crecer el mercado de plásticos reciclados en un mínimo de un 60% hasta en 2025.
La Alianza Circular de los plásticos
Para aumentar la demanda de estos materiales, la CE ha puesto en marcha la Alianza Circular de los plásticos. Esta cuenta con la presencia de las empresas más importantes que suministran y utilizan plásticos reciclados. Por otra parte, en cuanto a los plásticos desechables y las artes de pesca, la normativa europea está a la vanguardia de la lucha contra los desechos marinos. Esto incluye la prohibición de algunos productos si existen alternativas y propone objetivos de reducción de consumo, requisitos de diseño y sistemas de responsabilidad ampliada del productor.
Para acelerar la transición hacia la economía circular, se necesitan inversiones en innovación y ayudar a la industria europea a adaptarse. En este sentido, la Comisión debe intensificar sus esfuerzos, destinando más de 10.000 millones de euros de financiación pública. Además, la Plataforma de Apoyo a la Financiación de la Economía Circular también ha hecho una serie de recomendaciones para mejorar la solvencia de este tipo de proyectos, coordinar las actividades de financiación y compartir buenas prácticas, y colaborará con el Banco Europeo de Inversiones para dar ayuda financiera al crecimiento sostenible.
El elemento fundamental de la economía circular es un sistema sólido y eficiente de gestión de residuos. Para modernizarlo, en julio de 2018 entró en vigor un nuevo marco comunitario sobre este asunto, con porcentajes de reciclaje más ambiciosos, un estatuto jurídico más claro para los materiales reciclados, una intensiticació de las medidas de prevención y gestión de residuos… Además, sin embargo, un diseño inteligente al inicio de la vida de un producto es clave para garantizar su circularidad, y es por eso que la CE ha promovido el diseño circular de los productos y los objetivos de eficiencia energética: disponibilidad de piezas de repuesto, facilidad de reparación, facilitación del tratamiento al final de la vida útil…
La huella ambiental, instrumento de cambio
La transición a la economía circular pide el compromiso de los ciudadanos, que tienen que cambiar las pautas de consumo. El método de la huella ambiental de los productos y las organizaciones desarrollado por la Comisión permite que las empresas puedan presentar alegaciones ambientales fehacientes y comparables. Y que los consumidores puedan tomar decisiones con suficiente conocimiento de causa. La participación de las partes interesadas es fundamental, y el enfoque sistemático del plan de acción ha dado a las administraciones, los agentes económicos y sociales y la sociedad civil un marco para crear asociaciones entre sectores a lo largo de las cadenas de valor.
La Comisión considera la economía circular «una tendencia irreversible» en todo el mundo. Si bien, reconoce que queda mucho por hacer para «cerrar completamente el círculo». Así pues, recuerda la necesidad de hacer más esfuerzos para aplicar la legislación y para desarrollar mercados. Entre ellos, agilizando algunas tareas puestas en marcha y extendiéndose a ámbitos que el plan de acción no cumple y que podrían ampliar la agenda circular. Basándose en el ejemplo de los plásticos, otros sectores como las tecnologías de la información, la electrónica, la movilidad, el entorno construido, la minería, los muebles, los alimentos y las bebidas o los textiles podrían beneficiarse de un enfoque similar. Món Planeta