Las capitales de provincia en España apuestan por transformarse para ser consideradas ciudad inteligente. Según el estudio Índice Smart, el 80% de ellas se encuentra en las fases de implicación y desarrollo. Y de hecho consiguen el mejor rendimiento en la dimensión de Sociedad inteligente, es decir, en Adopción tecnológica, Educación, Igualdad e inclusión, y Ciberseguridad. ¿En qué se falla? En Gobernanza.
La consultora, encargada de analizar las 52 capitales y a Sant Cugat del Vallés, ha comprobado que en esta última área se presentan peores resultados. Hasta el punto de que señala que tienen que salvar obstáculos más considerables. Con eso incluyen los campos de Visión y estrategia, Gobierno electrónico, Participación ciudadana y Transparencia y rendición de cuentas.
Laura Moreno, directora del proyecto, considera que por ello todavía existen oportunidades de mejora. Y ha hecho énfasis en la necesidad que tienen las ciudades de seguir trabajando por favorecer la accesibilidad digital para personas con discapacidad. Como refleja el Índice Smart, las ciudades evaluadas han obtenido una puntuación media de 36,64% en este aspecto.
Un nivel bastante homogéneo en todo el país
El Índice Smart muestra que en la actualidad «el nivel de desarrollo inteligente de nuestras ciudades es bastante homogéneo». Según la estimación de Moreno, «tienen potencial para duplicarlo hasta convertirse en auténticas smart cities, ya que la puntuación media global es de 45,6%».
Este índice, el primero de este tipo en España, surge para conocer con la máxima precisión cómo se utiliza la tecnología en un territorio para transformar la calidad de vida de sus ciudadanos. Ugo Valentí, director del Smart City Expo World Congress, ha destacado la importancia de instrumentos como el Índice Smart. Como señala, con este sistema se puede planificar los planes dirigidos «a responder a las necesidades de todos los ciudadanos, sin dejar a nadie atrás, incorporando como vector transversal la transformación digital».
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Una escala con 110 indicadores
La primera edición del Índice Smart detecta el nivel de desarrollo inteligente a través de 110 indicadores. Estos se agrupan en 17 categorías y 5 dimensiones, lo que permite visualizar el rendimiento de las ciudades inteligentes. El objetivo es identificar así los sectores clave en los que priorizar la inversión y la acción pública. De ahí que sus responsables lo valoren como un instrumento de rigor estadístico y conceptual. Con él, además, esperan alentar la colaboración pública y privada para explorar las oportunidades comunes, facilitando el diálogo a escala nacional.
Ejemplo de ello lo ve el exalcalde de Barcelona Jordi Hereu. Como experto en la gestión de modelos innovadores de ciudad, apunta que «uno de los logros fundamentales del estudio es su capacidad de aportar un valioso conocimiento». Para Hereu esta es una clave de colaboración entre «aquellos que hoy se encuentran implicados en dar forma a las smart cities del futuro: empresas, gobiernos y sociedad en general».
Las cuatro etapas hacia la ciudad inteligente
El Índice Smart es una de las actividades que recoge el Smart City Expo World Congress que se celebra en Barcelona del 19 al 21 de noviembre. En este estudio han representado las cuatro etapas por las que atraviesa una ciudad para ser considerada inteligente:
1. Exploración/ descubrimiento: La ciudad explora, descubre y utiliza puntualmente la tecnología. Aquí se valora desde cuántos habitantes tienen perfil en redes sociales hasta si han comprado por internet en el último año.
2. Implicación: La smart city se aprovisiona de herramientas tecnológicas. Eso permite que sus ciudadanos puedan empezar, por ejemplo, a usar herramientas de la administración electrónica.
3. Desarrollo: Inversión más intensa en las tecnologías de la información. Eso se traduce en que un mayor número de empresas cuentan con especialistas TIC y que desarrollan actividades innovadoras.
4. Consolidación: Las ciudades se comportan como auténticas smart cities. El uso de la tecnología se consolida y se hacen actualizaciones constantes para mejorar la calidad de vida de la ciudadanía en su conjunto.