Jaime Rodríguez Medal es el director de la Confederación Española de Transporte de Autobús (Confebus). Este sector ha demostrado que, a pesar de las dificultades, conforma una red asistencial fuerte e imprescindible en los momentos más críticos. Durante los dos meses de confinamiento, el autobús público ha seguido funcionando a pesar de incurrir en pérdidas con las limitaciones de oferta y de movilidad que ha decretado el Gobierno.
Con la desescalada, poco a poco recupera el número de usuarios habituales llegando aproximadamente al 50% de ocupación en estos momentos. Sin embargo, las empresas concesionarias de este servicio piden una inyección de liquidez para compensar el esfuerzo, ya que de otro modo tendrían que cancelar servicios.
Así se expuso durante el seminario web que organizó recientemente la Cátedra Vectalia de Movilidad, donde se plantearon los retos del transporte de viajeros en la era post covid-19. Un evento en el que también participó Jaime Rodríguez Medal.
—¿Qué debilidades se ha puesto de manifiesto en el transporte público durante estos dos meses de confinamiento?
—Dentro del autobús se encuentra por una parte el transporte colectivo y por otro el transporte público. En el caso del transporte colectivo, este sector detectó antes ya crisis que se avecinaba ya que se empezaron a cancelar diversos circuitos desde el mes de febrero. Excursiones y congresos con turistas procedentes de Asia que, debido a la alarma sanitaria, decidieron cancelarlo. Ya en febrero se sufrían por tanto cancelaciones y pérdidas. Algo que sirvió para alertar.
Cuando se hace impepinable que el coronavirus está presente en todo lo largo y ancho de la geografía española, entonces el transporte público se empieza a resentir. Principalmente, cuando se decreta el estado de alarma, que produce un cataclismo. Primero, delimita la oferta que se puede poner y, segundo, se va restringiendo la movilidad. Eso hace que se resienta de tal manera que los servicios no tienen demanda suficiente como para ser rentables, así que funcionan con pérdidas, teniendo un coste para la empresa.
Durante estos meses ha ido subiendo poco a poco la oferta, con el 50% de ocupación de plaza aproximadamente, pero se ha funcionado incurriendo en pérdidas. Las empresas necesitan ahora que se les inyecte liquidez porque sino hay un riesgo real de suspensión de servicios. Es imposible prestar el servicio en las condiciones ordinarias del contrato y a partir de ahí habrá que negociar un fondo de contingencia para el transporte público que nosotros hemos cifrado en no menos de dos mil millones de euros para toda España.
—En consecuencia, ¿qué fortalezas ven desde Confebus?
—Lo que se ha puesto de manifiesto es que, el sistema en el que está organizado el transporte público de España, en el caso del autobús, pues, no ha parado. Si algún ciudadano necesitaba por razones de urgencia, coger el autobús, pues el autobús estaba ahí. Con menos frecuencias, está claro. Con menos oferta y con limitaciones, pero ahí estaba. En otros servicios internacionales no ha sido así. Tampoco ha sucedido así en otros países en los que el mercado del autobús público está liberalizado, donde han tenido que suspender este servicio.
—¿Cuáles son por tanto los retos del transporte público en la era post coronavirus?
Aquí dependemos mucho de la situación en la que se encuentre cada contrato de cada empresa, pero necesitamos la reacción del Gobierno para ‘ayer’. Consideramos que la recuperación de la demanda tal y como estaba antes de la covid-19 no la volveremos a ver hasta enero de 2022. La oferta va a subir progresivamente en función de lo que vayan transmitiendo las autoridades sanitarias y la Unión Europea.
Después, habrá que ir viendo que no haya repuntes porque eso hará que demos un paso o dos hacia atrás. Por último, se ha lanzado un mensaje de que el transporte público puede ser un foco de contagio y eso mina la confianza del usuario. De hecho, un 20% de los usuarios del transporte público cogerá ahora su coche privado, según el RACE. Por eso estamos pidiendo una campaña de comunicación en la que se transmita que somos un vehículo seguro. Porque el riesgo cero nunca existe, pero se toman todas las medidas de seguridad necesarias.
—La transición digital y medioambiental eran hasta ahora las prioridades del sector… ¿Pueden ser una herramienta para la consecución de estos retos?
Se abre ahora un nuevo paradigma de movilidad, con unas condiciones diferentes. Vamos a tener la ocupación de los autobuses limitada, hemos metido muchas medidas de seguridad y desinfección de vehículos. Estas condiciones tienen que contemplarse ahora en los contratos y el gran reto es que consigamos superar esta situación y conseguir las cuotas de demanda que teníamos, colocando al autobús en el camino que estaba.
Hasta hace poco se hablaba de que el autobús era la columna vertebral o el centro de la movilidad urbana sostenible. Tenemos que hacer que sea así. El autobús es el rey del transporte por su capilaridad, por el número de servicios, por las conexiones que tiene, por las tarifas estables y accesibles, por la seguridad vial que ofrece… El sector estaba inmerso en la apuesta por las nuevas tecnologías y la transición ecológica.
—Estamos viendo que por un lado la digitalización o la robótica pueden ser una alternativa óptima para evitar el contacto físico. Sin embargo, se está multiplicando el uso del plástico, por ejemplo, y estamos encontrando más residuos en este sentido… Algo que contrasta con las últimas noticias del aire limpio y el margen de confianza que estaba consiguiendo de nuevo la naturaleza. ¿Es la seguridad en el ámbito de la salud incompatible con la protección medioambiental?
—Yo creo que no, pero hay quien dice que el coronavirus ha venido para cargarse toda la agenda verde. Quizás puede parecer eso en un primero momento, pero, a medida que hemos ido hablando con las administraciones y autoridades, todos nos manifiestan que los planes para la transición hacia la descarbonización siguen en pie. Justo antes del webinar de la Cátedra Vectalia de Movilidad tuvimos una reunión con el gabinete de la comisaria europea de Transportes y nos decía que el Green Deal de la Unión Europea no se ha abandonado.
Existe el temor y el riesgo a que suceda igual que en 2008, que está muy reciente en la mente de todos. Antes cuando se hablaba de crisis te retrotraías a otras décadas que a veces ni habías vivido, pero en este caso todavía tenemos muy reciente lo de 2008. Eso te permite evaluar qué cosas se hicieron bien y qué cosas no se hicieron tan bien. Lo que sí está claro es que la hoja de ruta verde hacia la descarbonización ha cogido mucho más peso del que tenía a principios de siglo. Ahora todo es cambio climático y emisiones en todos los objetivos políticos. Se hace muy difícil que todos los organismos abandonen eso porque están todos sincronizados. Lo que todos nos manifiestan es que todo sigue en pie.
—¿Cuáles son las propuestas concretas de la confederación?
—Nosotros consideramos que el autobús es un agente clave contra la contaminación y el cambio climática, por la eficacia medioambiental que ofrece. Es el modo de transporte que menos gases de efecto invernadero genera. Contribuye a la descongestión de carreteras y ciudades sustituyendo hasta 30 vehículos. Pedimos por tanto medidas que ayuden al transporte público a través de infraestructuras como el carril bus-VAO, que es más rápido y que usa las nuevas tecnologías. Hay que promocionar el transporte colectivo con planes de transporte al trabajo, el ICO de incentivo para el trabajador y para la empresa, la promoción del transporte escolar como descongestionador clave de la movilidad de las ciudades, etcétera.
Nuevas jornadas de la cátedra Vectalia
El ciclo Nuevas realidades tras el COVID-19 que organiza la Cátedra Vectalia de la Universidad de Alicante, se amplía con dos nuevas citas. Dos encuentros digitales que tendrán lugar este lunes 25 y martes 26 de mayo con inscripción gratuita. enfocadas en la movilidad. Los diálogos se llevarán a cabo en formato webinar los próximos 25 y 26 de mayo y la inscripción estará disponible de forma gratuita para todas las personas interesadas en esta web.
La Movilidad Inteligente tras la emergencia sanitaria abrirá la semana en un encuentro moderado por Andrés Pinate, director de Marketing en Vectalia. En él participarán Jesús Suso, director territorial de Vodafone en Comunitat Valenciana, Murcia y Baleares; May López, directora de Empresas por la Movilidad Sostenible y cofundadora de la plataforma de movilidad compartida Bewego; Martín Jiménez, gestor de cuentas en la división Cloud de Google.
La segunda cita será el martes, a las 16:30 horas, para reflexionar sobre La nueva movilidad. Ignasi Armengol, director de Internacional en Vectalia, moderará el debate sobre espacios públicos, movilidad combinada, el protagonismo del peatón, las bicicletas o la electromovilidad. Acompañándole estarán Cristina López, directora técnica del Observatorio de la Movilidad Metropolitana; Carlos Cristóbal, experto en transporte público y movilidad sostenible; y Pau Noy, presidente de la Fundación Movilidad Sostenible y Segura.