Cuando actualmente más de la mitad de la población mundial vive en ciudades, debemos ser capaces de estar preparados ante los desastres. Naciones Unidas tiene en marcha a nivel global la campaña Desarrollando ciudades sostenibles y resilientes. En este proyecto que forma parte del plan de Reducción del Riesgo de Desastres 2015-2030 tres urbes latinoamericanas han presentado esta semana sus trabajos en la colombiana Cartagena de Indias.
Las previsiones del organismo internacional hablan de que en 2050 será un 68% de la población la que viva en ciudades. Guatemala es la mayor ciudad de Centroamérica, con más de dos millones de habitantes. El coordinador del centro de emergencia de esta es Douglas Fernando Rodas Mérida quien ha destacado que su municipalidad lleva quince años trabajando en la gestión de riesgos ante desastres.
Con esa experiencia tienen clara una visión de conjunto para ver los logros alcanzados y en qué áreas se había de mejorar. Rodas ha señalado el plan de acción con 93 actividades que se han de desarrollar y en el que cinco de ellas están marcadas como «esenciales» para darles prioridad a su trabajo.
El coordinador ha presumido de «la ambición de la ciudad de Guatemala por desarrollar las actividades en un corto periodo de tiempo». Gracias a eso, se mostró optimista al manifestar que estas se pueden lograr.
El ejemplo de Santo Domingo Este
Alfredo Martínez es alcalde de Santo Domingo Este, uno de los siete municipios de República Dominicana y capital de la provincia de su mismo nombre. En una zona propensa a los huracanes e inundaciones asociadas, era natural su preocupación por los desastres.
«A finales del año 2016 tomamos la decisión de inscribirnos en la lista de ciudades resilientes», ha explicado. Desde que se lo plantearon han ido interviniendo en distintos eventos internacionales dedicados al tema y esta semana han entregado «el proyecto final» de su área. Con él se han organizado creando «un Comité, vamos a abrir las oficinas, hemos identificado los lugares donde viven personas en estado de vulnerabilidad y eso nos va a facilitar el trabajo».
Hacerlo fue un trabajo «duro pero muy satisfactorio», según ha detallado la secretaria técnica de la zona, Luisa Taveras. Su reto era conseguir unir a diferentes instituciones del Gobierno central y con ello recopilar información no disponible hasta el momento para el gobierno local. Así podrán planificar acciones en conjunto, ser más efectivos y optimizar los recursos.
Entre los desastres vividos los huracanes Matthew, Irma y Maria ocupan un lugar destacado. «[Nos afectaron] las grandes lluvias más que en infraestructuras, ya que el municipio de Santo Domingo Este no dispone un sistema de alcantarillado y lo que se hace son pozos filtrantes». Taveras ha lamentado que el «mal manejo de los residuos sólidos por parte de los ciudadanos» hace que «las basuras tapan los alcantarillados, junto con los escombros de las construcciones o los plásticos». Con ello «hay que hacer un trabajo arduo nuevamente para destapar y limpiar».
La unión entre las instituciones, antes mencionada se mantiene vía grupos de mensajería instantánea como es Whatsapp o vía telefónica. «Hay una amenaza y se produce un contacto directo. No duermen. Literalmente. Se comunican, reúnen, planifican acciones, identifican posibles refugios, la alimentación», ha enumerado Taveras.
El caso hondureño
La directora del despacho municipal de la alcaldía de Tegucigalpa, Cinthia Borjas, se encargó de destacar los logros en la capital hondureña. Esta es de las tres ciudades presentadas la que tiene una mayor densidad de población.
Borjas se encarga también de coordinar la unidad municipal de gestión integral de riesgos, un trabajo en el que han cerrado el plan local de prevención de catástrofes. Lo han conseguido después de trabajar juntamente con la Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres durante un año.
Este es un trabajo imprescindible. Borjas ha recordado que Tegucigalpa posee unas características geológicas propias ya que Honduras es el tercer país más vulnerable ante fenómenos de cambio climático. Así, la capital de la República, «es la ciudad más vulnerable donde representa el mayor número de pérdidas humanas y económicas cuando se presentan este tipo de desastres».
Con una topografía irregular con muchas pendientes, «la mayoría de desastres naturales ocurren en la época de lluvias con deslizamientos e inundaciones». De hecho, estimó en casi un millar de barrios y colonias de los cuales aproximadamente un tercio encuentran vulnerables ante este tipo de fenómenos».
Hasta abril de 2019 estarán comprobando indicadores para implementar y ejecutar un plan de acción. Con este necesitarán «un tema de financiamiento fuerte». De momento, ha asegurado que están «siendo muy creativos en ese esquema como ciudad. Una ciudad con muchos problemas integrales de pobreza, delincuencia, etc. Hemos de ser muy creativos para darle operatividad mediante financiamientos interesantes, con muchas contrapartes, con muchos actores para poder optimizar los recursos porque las necesidades de la ciudad son muchas pero los recursos son pocos».