El Living Lab Planeta Debug da el salto a la escuela. Su objetivo sigue siendo el mismo, concienciar sobre el cambio climático con los videojuegos. El alumnado de Educación Primaria y Secundaria aprenderá mediante este sistema gracias al curso de formación del profesorado que empezará este enero.
El curso hará una introducción al diseño de videojuegos, orientado a los desafíos ambientales. Para ello ofrecerá conocimientos sobre el motor de creación Gamesonomy. Y, a la vez, aportará metodología para la integración curricular transversal en la creación de videojuegos sobre cambio climático.
El objetivo de esta iniciativa es promover la innovación educativa y que el profesorado use los videojuegos en las aulas para abordar transversalmente los retos de la crisis climática. El diseñador y desarrollador del sistema Gamesonomy, Miguel Chover, destaca la utilidad que aporta este motor al profesorado. «Es el editor de videojuegos más sencillo que existe», recalca. Y además de la sencillez, valora su compatibilidad. «Los juegos se editan con html 5 y se dejan a la nube, con lo que se pueden jugar desde cualquier dispositivo: smartphone, ordenador o tableta», añade.
Fomentar la participación
El objetivo y la forma de presentarlo es lo que hace tan atractivo el programa Planeta Debug que impulsa la Universitat Jaume I. Por ello cuenta con la colaboración del Cefire Artisticoexpressiu de la Conselleria d’Educació de la Generalitat Valenciana. «Se pretende promover la utilización de los videojuegos como una potente herramienta para involucrar los públicos infantiles y jóvenes en materias climáticas, a la vez que transmitir conocimientos sobre la sostenibilidad en general», argumenta Emilio Sáez, investigador principal de este proyecto.
El director del Cefire Artisticoexpressiu, Ximo Montañés ha participado en la coordinación del curso sobre videojuegos y cambio climático en esta segunda edición. Por eso señala que este taller «tiene muchas posibilidades para integrar de una forma transversal aspectos tecnológicos, artístico-expresivos o lingüísticos. La creación de videojuegos puede facilitar al profesorado una herramienta más para trabajar con el alumnado, aspectos curriculares de una manera atractiva. Después de una primera experiencia muy valorada por el profesorado participante, continuamos apostando por este proyecto transversal». En particular, apostilla, porque «facilita la adquisición de nuevas herramientas metodológicas para la aula».
Montañés recuerda que en las líneas de trabajo del Cefire Artisticoexpressiu se encuentra la actualización de recursos para abordar los diferentes currículos de las etapas educativas no universitarias. Otra con la que cuentan es colaborar con instituciones académicas y culturales en la investigación, innovación y mejora de la calidad educativa en las aulas. De ahí que la apuesta por estos videojuegos se enmarque dentro de los dos objetivos.
¿Cómo se enseña en la escuela la crisis climática en el mundo?
Aprovechar la tecnología
La segunda edición de la formación del proyecto Planeta Debug, en colaboración con el Cefire Artisticoexpressiu se llevará a cabo entre el 18 de enero y el 14 de febrero. Y ya prometen que «será mucho más interesante». El enfoque a los alumnos de enseñanza de Primaria y Secundaria creen que es una de las claves para ello.
De momento, ya cuentan con que el trabajo con el profesorado se plantea de forma que se puedan desarrollar proyectos de creación de juegos con esta temática. Y la idea es «aprovechar la gran cantidad de conocimientos transversales que implica la elaboración de un videojuego. Si lo conseguimos será un éxito a muchos niveles», afirma Sáez. Por un lado, apunta, el uso del videojuego como herramienta de construcción del conocimiento. Por el otro, concluye, «por la integración de la lucha contra la emergencia climática en el ámbito estructural del proceso creativo».