En el Parque Natural de la Sierra de Mariola se ha documentado la presencia de una nueva variedad de amapola. Los núcleos de población extranjera en Alicante han podido estar detrás de este último descubrimiento botánico en la provincia. Lluís Serra y Antoni Belda, investigadores de la Universidad de Alicante, afirman que se trata de una Papaver orientale. Una nueva especie adventicia en España.
“Es común, a nivel europeo y en otras regiones del mundo como Asia, de forma ornamental, pero no se tenía constancia de manera asilvestrada y, mucho menos, en ambientes mediterráneos”, explica Belda. Se trata de un solo ejemplar, ubicado en una zona semi poblada, que han estado siguiendo durante tres años. Un espécimen que ha ido aumentando su tamaño y sus tallos florales, pero que no ha continuado reproduciéndose. Precisamente por eso piensan los científicos que esta amapola oriental no será una amenaza para el entorno.
![Antoni Belda, amapola](https://xn--rediseo-9za.iambiente.es/wp-content/uploads/2020/12/antoni-belda-amapola.jpg)
La amapola silvestre ocupa los campos de cultivo las tres primeras semanas de mayo, su época de floración más importante. Así, se llenan de amapolas en flor, suponiendo un serio problema para los agricultores. Pero no es el caso. Ni hay campos de cultivo cerca ni se ha reproducido en masa durante estos tres últimos años. “No hay motivos para erradicarla porque no está amenazando a otras plantas ni está en una zona de cultivo que se pudiese poner en peligro”, explica el investigador. “No tiene una capacidad invasora”, sentencia.
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Una amapola perenne
La principal característica que diferencian a esta amapola oriental de sus otras especies hermanas es que es perenne. Algo que llamó la atención durante su seguimiento. “Permanece viva durante varios años, florece en primavera y en verano, pero después las florescencias se secan y queda su roseta basal”, describe. Como si fuera un cardo o una planta de alcachofa. “Las que tenemos en nuestro territorio son anuales y desaparecen con el calor excesivo”, explica. También les sorprendió el porte de la planta. “Es de mayor tamaño, también su flor, y además es más pilosa”, confirma. Un conjunto de características que sorprendió, hasta llegar a la conclusión de que se trataba de otra especie.
Desde el extranjero
![Lluis Serra, amapola](https://xn--rediseo-9za.iambiente.es/wp-content/uploads/2020/12/lluis-serra-amapola.jpg)
El lugar en el que se encontró no indicaba que se hubiese cultivado a propósito. Una zona semiurbana, dentro del parque natural, donde hay diversas edificaciones dispersas. “Es muy probable, teniendo en cuenta que hay muchos habitantes del extranjero como alemanes o ingleses, y que suelen plantarla en sus jardines en estos países, que por la dispersión de las semillas haya crecido de forma espontánea”, afirma Antoni Belda. En la región mediterránea ha aumentado considerablemente la gente de otros países que ahora viven aquí. “La botánica forma parte de su cultura y es muy posible que hayan traído hasta aquí las plantas que les gustan”, afirma. La dispersión natural de las especies ha hecho el resto.
Estudio en cuadrículas
Lluís Serra y Antoni Belda llevan varios años muestreando la Sierra de Mariola y la Font Roja. El objetivo es ir analizando la evolución de su flora y fauna. Lo hacen estableciendo una especie de cuadrícula por zonas. De este modo, son capaces de detectar pronto las variaciones que se van experimentando en el curso natural de este paraje. “Este descubrimiento forma parte del seguimiento de una de esas cuadrículas”, explica. Un estudio que recientemente se ha hecho público en Flora Montiberica, edición periódica especializada en trabajos sobre la flora del sistema Ibérico.