Desde predecir el futuro económico de una ciudad a reducir los costes de mantenimiento de la red de alcantarillado. Son solo dos de los ejemplos que retratan el creciente interés de las compañías gestoras del agua por aprovechar el conocimiento que generan. Este ha sido el tema que ha reunido en una jornada virtual de la Universidad Católica de Murcia a Dinapsis con los proyectos Life iBathwater, Life+ Ecosens Aquamonitrix y H2020 Scorewater.
La red de centros Dinapsis, que forman parte del grupo Suez, es un ejemplo de esta tendencia. «La digitalización afecta a todos los ámbitos», resumía Antonio Sánchez. El responsable de la sede de Benidorm repasó la historia de este espacio y como su apuesta por la oficina cero papel les benefició con la llegada del confinamiento en marzo de 2020.
«Como no teníamos ya papeles, en la cuarentena se podía trabajar desde casa«, explicó Sánchez. Aquello les hizo ver que «el cero papel no es una opción, es una obligación». Y el que no hubiera ninguna parada de servicios la demostración del acierto. En esos meses se impulsaron más otras líneas.
Si como todas las gestoras del agua destacan que su propuesta de valor es precisamente esa al ser su núcleo de trabajo, ir más allá era su siguiente paso. «Durante la pandemia hemos ofrecido servicios desarrollados en tiempo récord, como City Sentinel«, destacó. Esta herramienta capaz de detectar el coronavirus en las aguas residuales asegura que ahora les permite adelantar en diez días los brotes en las ciudades.
De estos análisis saltó al análisis de consumos que han convertido en una herramienta capaz de anticipar la evolución económica de una ciudad. Ese histórico de datos y los algoritmos que los gestionan son los que pueden discernir los cambios de comercios o industrias cerrados y mostrar a los ayuntamientos una visión real de la economía local, subrayó.
Superar las barreras de la sensorización
Esas dos son también las tendencias en las que profundizaban en diferentes medidas los otros proyectos de las gestoras del agua que participaron. Jordi Cros explicó a través de Life iBathwater las dificultades que hay que asumir al encarar la digitalización. ¿Cómo se mantienen operativos los sensores en las redes de alcantarillado? ¿Y en el mar? ¿De qué manera se envían los datos a una central? ¿Y cada cuánto?
La complejidad que presentan estos interrogantes los ejemplificó comparándolo con la novena sinfonía de Beethoven. Si se obtienen datos por separado, solo hay notas. Si los datos llegan pero en frecuencias muy espaciadas, no se distingue la melodía. «El objetivo no es medir de vez en cuando sino ser capaces cuanto más mejor y en continuo para tener una visión completa», expuso.
Con iBathwater los cinco socios trabajan en Barcelona y Berlín para encontrar esas soluciones para el ciclo urbano. Uno de los objetivos marcados es reducir la cantidad de desbordamientos de aguas residuales que acaben en mares o ríos. Los sensores de bacterias coliformes y enterococos les avisan de cuando los niveles son aceptables para así activar otros sistemas de retención de sólidos. Ahí apostaron por el pragmatismo, «el objetivo no es vertido cero sino mínimo. Es un cambio importante porque se da prioridad a verter lo mínimo posible para asegurar el agua de baño».
Reducir el consumo energético
Juan Miguel Navarro y Luis Esparza abordaron los aspectos más técnicos de la jornada. A ellos les correspondía presentar Life+ Ecosens Aquamonitrix, un proyecto basado en el Internet de las Cosas para monitorizar la calidad del agua. A lo largo de tres años han estado probando diferentes prototipos para medir esos valores, tanto en áreas urbanas, agrícolas como industriales.
En su exposición, Navarro señaló los diferentes obstáculos que debían asumirse al preparar un dispositivo como el que ya están a punto de comercializar. «Se plantearon cuatro niveles: gestionar información en bruto para adaptarla, almacenarla en series temporales de datos, analizarla según diferentes estrategias como inmediatos o con una periodicidad determinada y presentarla al usuario con aplicaciones móviles o web».
Anticipar las mejoras en infraestructuras
Los macrodatos son uno de los grandes aliados y retos que deben abordar las gestoras de agua, según apuntaron los ponentes. Y aplicar técnicas de Inteligencia Artificial puede ayudar a manejarlos y conseguir mejores análisis. Así lo creen desde el proyecto H2020 Scorewater en el que trabajan desde Amersfoort, Gotemburgo y Barcelona.
Edgar Rubión y María José Chesa presentaron las líneas con las que están logrando anticipar las necesidades de inversión en aspectos como las redes de alcantarillado. Para el primero, de Eurecat, «las gestoras de agua están generando muchos datos en ámbitos difereentes y aunque son importantes, no están integrados. Eso dificulta la toma de decisiones porque no se puede correlacionar la información».
Las soluciones digitales que proveen buscan aprovechar esos macrodatos en tiempo real y aplicarle los algoritmos de interpretación. Eso les ha permitido en los 18 meses de trabajo aplicar la inteligencia artificial para predecir la sedimentación en una sección concreto del alcantarillado.
Chesa, de la gestora Barcelona Ciclo del Agua, remarcó esta área en particular. «En el escenario de las ciudades mediterráneas se alternan episodios muy virulentos donde nos sobra el agua de las lluvias, con la escasez de agua», recordó. Y eso, teniendo en cuenta que gran parte de las redes de saneamiento son unitarias, es decir, son tanto para aguas pluviales y residuales, eso es un problema. ¿Dónde se concentran más restos como toallitas? ¿Qué sucede con ellas cuando llegan grandes trombas por las tormentas? «Con las herramientas del conocimiento de la red, se ajusta la limpieza a lo que realmente requiere la zona. Se han incrementado las inspecciones pero se ha reducido el coste de la limpieza».
En todas las intervenciones de las gestoras del agua, se valoró ese nuevo oro que suponen la digitalización e interpretación de sus redes. Eso sí, «lo importante es asegurar la calidad de los datos», como apuntaba Rubión.