Ban Ki-moon alerta de la desconexión creciente entre la urgencia de las necesidades hídricas y los recursos disponibles.

Ban Ki-moon advierte a los gobiernos del mundo que hay que pensar en un futuro con menos agua

El ex secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon; y el CEO del Centro Global de Adaptación (GCA), Patrick Verkooijen, han hecho un llamamiento a los gobiernos del mundo para que comiencen a prepararse para un futuro donde el agua será cada vez más escasa. En un artículo conjunto publicado en la web de la cadena estadounidense CNN, ambos recuerdan que la población mundial consume seis veces más agua que hace solo cien años.

Una «demanda que sigue creciendo con el crecimiento de población y económico», recuerdan. Además, advierten, el cambio climático está «jugando al desastre con el ciclo del agua». Según indican, se están «rompiendo los sistemas climáticos y los patrones de lluvia que llevan demasiado o demasiado poca, y raramente donde es necesaria».

Ki-moon y Verkooijen, en el texto, llaman a dar importancia al agua, el tema sobre el que gira el Día Mundial del Agua de las Naciones Unidas. Esto, dicen, es valorar la cantidad de estos recurso que hay que «para nuestras casas, comida, cultura, salud, educación, economía y la integridad de nuestro entorno natural». Todo en un momento donde, consideran, «hay una desconexión creciente entre la urgencia de nuestras necesidades de agua «y los recursos disponibles.

Esto, sin embargo, no es por falta de «capital, experiencia o soluciones». En su opinión, se debe a una «falta de vista, planificación y cooperación nacional e internacional». Por eso, concluyen, con una comprensión mejor del valor de la agua se podría «salvar este recurso crítico para el beneficio de todos».

Las crisis hídricas, peor que las alimentarias

La situación, recuerdan, ha empeorado debido a la pandemia de covid-19. Como señalan, al principio de esta se pidió a todos que «se lavara las manos frecuentemente» mientras hay 3 000 millones de personas en el mundo que no tienen acceso a los servicios de higiene más básicos. Esto, apuntan, se suma a los riesgos de crisis hídricas, «más altos que los de enfermedades infecciosas o crisis alimentarias».

Ki-moon y Verkooijen también explican como el Banco Mundial cree que durante los próximos diez años habría un billón de dólares para cubrir las necesidades de los 2 200 millones de personas que no tienen acceso al agua potable. Y, con ello, para tratar «el 80 % de las aguas residuales que no se tratan, contaminando los ecosistemas y transportando enfermedades». En este sentido, recuerdan que el GCA, una organización que junta gobiernos y empresas para encarar el cambio climático, no tiene suficientes recursos para llevar a cabo su trabajo. Además, lamentan que «menos de un 2%» de los proyectos ambientales van dirigidos a prevenir la crisis del agua.

Ante todos estos malos augurios, el ex secretario general de la ONU y el CEO de GCA también aportan datos para la esperanza. Entre ellos que algunos países están empezando a poner el agua en un lugar importante en sus proyectos de adaptación al cambio climático. Otro, que grandes inversores institucionales y bancos están «jugando un papel cada vez mayor» en solucionar los problemas hídricos presentes y del futuro. Algo que, en el futuro postpandémico, será clave para que las economías «se recuperen más rápido y mejor, dando triples beneficios a la economía, la salud y el clima». Món Planeta

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