En un momento crucial donde las infecciones respiratorias alcanzan su punto más alto en España, ¿hay una forma de diagnosticar las diversas causas de forma más rápida? En la Universidad Miguel Hernández de Elche un equipo de investigadores cree que sí mediante lo que llaman una nariz electrónica.
El profesor de Ingeniería Agroforestal de la UMH, Antonio Ruiz Canales, es la cara visible de este proyecto en el que llevan años trabajando. Así han bautizado como a esta nariz electrónica como e-Nose y de ella aseguran que tiene la capacidad única de detectar compuestos volátiles en muestras de pacientes. Eso es lo que les permite ofrecer diagnósticos precisos de enfermedades respiratorias de manera rápida y asequible.
Este sistema evita la necesidad de pruebas más lentas y costosas. “La nariz electrónica e-Nose es uno de los dispositivos más prometedores por su potencial capacidad diagnóstica al distinguir patrones alterados de compuestos orgánicos volátiles en enfermedades”, explica Ruiz.
Una nariz electrónica para detectar enfermedades a través del olor
En estos años, el proyecto e-Nose ha conseguido la financiación de la Generalitat Valenciana y el Programa Europeo de Desarrollo Regional (FEDER). En él participan ingenieros de la UMH y médicos de los hospitales generales universitarios de Elche y Sant Joan d’Alacant.
¿Cómo funciona una nariz electrónica?
Las muestras olorosas, como la orina, contienen compuestos orgánicos volátiles gaseosos a temperatura ambiente, y la e-Nose puede captar y analizar estos elementos. El profesor Ruiz Canales lidera el desarrollo de esta nariz artificial que, además de detectar la Covid-19, aborda enfermedades respiratorias raras, como la ‘sensibilidad química múltiple’, en muestras de orina.
Aunque la e-Nose muestra un potencial diagnóstico significativo, su aplicación clínica aún requiere la estandarización de la metodología en la toma y análisis de muestras. Hasta el momento, los investigadores han demostrado que el patrón de compuestos volátiles en la orina de individuos sanos se mantiene constante a lo largo de los días, permitiendo el uso de muestras almacenadas hasta 48 horas a 4 ºC.
Otro objetivo crucial es mejorar el diagnóstico de la ‘sensibilidad química múltiple’, un síndrome en el que las personas desarrollan reacciones adversas a sustancias en dosis mínimas. La e-Nose proporciona una herramienta basada en evidencias biológicas para distinguir este síndrome, que a menudo se ha atribuido a aspectos psicosomáticos debido a la falta de pruebas biológicas.
El olor de la saliva
Los investigadores también planean colaborar con el Hospital Vega Baja de Orihuela para aplicar la e-Nose a muestras de saliva. Esta prueba innovadora y rentable permitirá distinguir rápidamente entre la gripe y el COVID-19, dos enfermedades con síntomas similares, pero con enfoques clínicos distintos.
Sus responsables valoran los primeros resultados obtenidos con esta nariz electrónica, entre ellos destacan su eficacia en el ámbito agroalimentario. Según señalan, es capaz de detectar señales de compuestos orgánicos volátiles en aceite de oliva, vino, café y miel. También ha sido utilizada para diagnosticar el ‘bronceado letal’, una enfermedad que afecta a ciertos tipos de palmeras.
El desarrollo de la e-Nose forma parte de los proyectos de investigación financiados por la Conselleria de Sanitat Universal i Salut Pública de la Generalitat Valenciana y el Programa Operativo UE del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER) para la Comunitat Valenciana 2014-2020, incluyendo el análisis de biomarcadores en pacientes con Covid-19 aguda y el síndrome post-Covid.