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Soliveres: “No sabremos qué le hacemos al planeta si no vemos las sinergias entre los efectos de cambio global”

A menudo se estudian los factores de cambio global por separado. Ahora, Santiago Soliveres Codina, investigador de la Universidad de Alicante, tratará de estudiar varios factores en conjunto. El objetivo es ver si influyen unos con otros, tanto para bien como para mal. “Se ha estudiado el efecto de las plantas invasoras, la intensificación en el uso que hacemos del territorio o el cambio climático, pero nunca se han puesto en relación esos tres factores globales”, explica el científico.

Esta es la idea clave que conquistó al jurado de la Beca Leonardo que entrega la Fundación BBVA. En total, se entregan 59 becas. En este caso, Soliveres ha sido uno de los beneficiarios de los candidatos en el área de Biología, Ciencias del Medio Ambiente y de la Tierra. Por eso la entidad invertirá 40 000 euros en los trabajos de campo que realizará durante el próximo año y medio.

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Evaluando sinergias y respuestas no lineales en el efecto de múltiples factores de cambio global en la biodiversidad y funcionamiento de ecosistemas Mediterráneos es el título del proyecto. Y es que, a parte de lo que ocurre con el cambio climático, hay muchas cosas que le estamos haciendo a los ecosistemas y todas las hacemos simultáneamente.

“A medida que aumenta la temperatura del planeta, también crece el desarrollo comercial por la globalización y aumenta el flujo de especies que pueden ser potencialmente invasoras”, describe Soliveres. “A parte de eso, hay una demanda cada vez más creciente de comida y un número de personas cada vez mayor que demanda más y más del ecosistema”, añade. Eso implica deforestar para cultivar y poner ganado. “Todos esos efectos se han ido evaluando de manera independiente, pero no globalmente”, explica.

El efecto sinérgico

Podría ser que el cambio climático disminuyera el efecto negativo de las plantas invasoras o que por el contrario lo aumentara. También podría ser que el uso intensivo de la tierra hiciera que esa tierra fuese más sensible al cambio climático. “Si no sabemos cuál es su efecto sinérgico, no podemos saber con certeza qué le estamos haciendo al planeta”, sentencia el investigador.

Lo explica de forma muy gráfica. “Yo se lo relaciono a mis alumnos con el capítulo de Los Simpson en el que el médico le dice al señor Burns que tiene tantas enfermedades que entre ellas se bloquean y por eso no está muerto”, apunta. Quizá esos efectos de cambio global puedan estar frenándose entre ellos o por el contrario acrecentándose, pero nadie lo sabe. “Las sinergias entre factores de cambio global se están empezando a entender en estudios en laboratorios del norte de Europa, pero hasta ahora no se han hecho estudios de campo al respecto, en condiciones naturales, y sabemos muy poco de estas sinergias aquí, en el clima Mediterráneo”, afirma.

Prevención y eficiencia

De esta forma, su trabajo podría ayudar a ser más eficientes en la gestión del territorio y la conservación de los espacios naturales. De hecho, una de las especies invasoras más implantadas en el ecosistema Mediterráneo es Ailanthus altissima. Un árbol de origen asiático que se pone en jardines de todo tipo por su gran resistencia, su escasa necesidad de agua y su gran crecimiento para generar sombra.

“En la propia Universidad de Alicante forman parte de los jardines del campus”, comenta. Sin embargo, la gestión de las especies invasoras cuesta después doce mil miillones de euros al año en Europa. Difundir, por tanto, un marco de actuación y unas directrices de prevención, ayudaría a ahorrar costes ganando eficiencia.

Un proyecto ambicioso

A lo largo de su trayectoria, Santiago Soliveres se había centrado en investigar uno o dos de estos factores. “Ahora sé en qué variables fijarme y cómo realizar los diseños y los muestreos sin que suponga un esfuerzo titánico”, confiesa. Y es que, si nadie lo había hecho antes, es por lo ambicioso que resulta ese trabajo de campo. Así que su grupo de investigación lo hará con un muestreo novedoso, tomando algunas de las posibles combinaciones entre distintos factores de cambio global en lugar de considerar todas las posibilidades.  “En lugar de realizar todas las combinaciones posibles, evaluaremos combinaciones aleatorias”, explica.

“A finales de los 90, los científicos nos planteábamos cómo hacer entender a las personas que la pérdida de la biodiversidad tendría consecuencias para ellos”, recuerda. A medida que se perdían especies, también se perdían los servicios que proporciona el ecosistema. Así que buscaron la fórmula de poder relacionar esas especies que se extinguían con los servicios que se perdían. “De esta forma, se visualizaba que seríamos menos capaces de proveernos de lo que necesitamos”, describe. En ese momento se usó un diseño de muestreo e investigación aleatorio que ayudó a lograr una fotografía fija global. Así que eso es, precisamente, lo que plantea el alicantino en este momento para optimizar los esfuerzos.

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Aplicación real

Los estudios los realizarán con un gradiente climático que analizará desde el Paisaje Protegido Serra del Maigmó y Serra del Sit hasta los parques naturales de la Font Roja y Serra de Mariola. De esta forma, las conclusiones extraídas podrán ser aplicadas ipso facto en este territorio cuando se finalice el proyecto. Hasta entonces, habrá que esperar año y medio para conocer los resultados.

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