Estudiar el papel de una proteína común a los procesos de cirrosis hepática, el envejecimiento y las complicaciones neurocognitivas. Este es el objetivo del proyecto Prometeo de investigación ALBA (‘Papel de LSECtin en el envejecimiento y el eje hígado-cerebro en cirrosis’). Un programa que ha recibido 573 000 euros de financiación de la Generalitat Valenciana. El Grupo de Inmunobiología Hepática e Intestinal de la Universidad Miguel Hernández de Elche (UMH) llevará a cabo este estudio, hasta el año 2024, con modelos experimentales.
“Los pacientes con enfermedad hepática crónica muestran un daño y una respuesta inflamatoria progresiva que debilita la función del hígado. En respuesta a este daño, que puede estar causado por el consumo de alcohol, por hábitos de vida sedentarios o por infecciones virales, el hígado sufre un proceso de cicatrización. Un exceso de tejido cicatrizado produce cirrosis que, en sus etapas más severas, conduce al desarrollo de carcinoma hepatocelular. Y a un incremento de la mortalidad”, explica el profesor de Inmunología de la UMH y director del grupo de investigación, Rubén Francés.
Encefalopatía hepática
Además, tal y como añade Francés, la cirrosis puede provocar una acumulación de intermediarios tóxicos para la función cerebral, que pueden llevar a desarrollar la patología conocida como encefalopatía hepática. Cuando el hígado dañado no puede eliminar tóxicos presentes en circulación de forma eficiente, estos pueden acumularse en el cerebro y complicar la evolución de la enfermedad. Los investigadores de la UMH estiman que un 80% de los pacientes cirróticos muestran síntomas leves de complicaciones neurocognitivas y psicomotoras. Como dificultad para conducir o mayor incidencia de caídas, que pueden pasar a ser más graves.
Estos problemas suelen aparecer durante la vejez. Empeorando el pronóstico de la enfermedad y la calidad de vida de los pacientes. Asimismo, los investigadores apuntan que la cirrosis tiene una incidencia creciente en el mundo occidental. Esta patología, o sus complicaciones, están asociadas a más de un millón de fallecimientos anuales en todo el mundo. Y, aunque la incidencia es algo mayor en hombres, afecta a ambos sexos y la mortalidad aumenta con la edad.
LSECtin
El grupo de investigación -afiliado al consorcio CIBER de Enfermedades Hepáticas y Digestivas del Instituto de Salud Carlos III de Madrid- pretende evaluar la inflamación como elemento central común en el envejecimiento, la cirrosis hepática y las complicaciones neurocognitivas. Para demostrar la conexión de todos estos procesos, el estudio valorará el papel de una proteína (LSECtin) que está presente en el hígado y en el cerebro. Esta proteína está relacionada con la actividad inmunitaria y deja de producirse en el hígado durante la cirrosis.
El proyecto, concedido dentro del programa Prometeo para Grupos de Investigación de Excelencia en la convocatoria I+D+i de la Generalitat Valenciana, aúna a un total de 10 investigadores. Con colaboradores de otros centros como el CEBAS-CSIC en Murcia. El Instituto de Investigación Sanitaria Gregorio Marañón, en Madrid. O el Instituto de Neurociencias UMH-CSIC. La financiación permitirá continuar la actividad que el grupo desarrolla de forma consolidada desde hace años. Y, además, afianzar su posicionamiento a nivel internacional e incorporar al grupo personal técnico de apoyo.