El cómo se genera y actúa frente al maltrato en las aulas es diferente según el género. Esta es una de las conclusiones que destapa un análisis hecho por dos universidades valencianas. Un ejemplo de ello está en la reacción que se tiene al presenciar una de estas agresiones de acoso escolar. Ellas tienden a buscar ayuda externa mientras que ellos, o bien se involucran en ese momento, o bien no actúan.
El acoso escolar no es cruzado. En esta constatación se centra el estudio de la UV y la UCV hecho a partir de su investigación entre el estudiantado de secundaria. Así han visto que los chicos destacan más en las “respuestas opuestas”. Es decir, algunos optan más por intentar cortar la situación en el momento, pero otros se inclinan por no hacer nada. Frente a esta actitud masculina, las chicas suelen tomar una posición intermedia en la que comentan la situación con personas externas: profesorado o familiares.
Ellos y ellas
Pero ¿qué significa cruzado en este contexto? Como explican a través de un comunicado de la UV, el resultado más llamativo para los autores es la verificación de que el acoso no es cruzado entre géneros. Los chicos lo reciben de otros chicos y las chicas, de otras chicas. Además, el sentimiento de aislamiento o la reiteración en estas conductas no cambia entre ellos y ellas. De esta forma, el género no provoca que acosen o sean acosados en mayor o menor medida.
Como explican en el estudio, «todavía es un desafío conocer detalladamente los aspectos más importantes» para la prevención y tratamiento del acoso escolar. De hecho, los cinco autores afirman en esta introducción que este «sigue siendo uno de los problemas más importantes que acontece en el ámbito educativo de países desarrollados». Para tratarlo han decidido unir sus esfuerzos en un equipo interuniversitario, formado por Mario Alguacil, Paloma Escamilla y Sergio Aguado de la UV, más Alba Bonet y Carlos Pérez, de la UCV.
Alguacil valora que “estos datos nos permiten no solo conocer la existencia de situaciones de acoso en la etapa secundaria sino cuantificar y clasificar esas acciones». De ahí que con ellos cree «que podemos conocer en mayor medida qué actuaciones relacionadas con el acoso llevan a cabo chicos y chicas«. Y, a partir de ahí, «cuál es su percepción y reacción, tanto del acoso sufrido como del infligido o presenciado”.
Prevenirlo mejor
“En concreto, este estudio aporta información para entender mejor las diferencias en cuanto a la percepción y actuación frente al acoso en función del género”. Así lo afirma el profesor de la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte al presentar recientemente al público estas conclusiones. “Se trata de conocer más y mejor el problema y las variables que puede tener asociadas, para ser más efectivos tanto en la prevención como en la gestión de las acciones que se produzcan”, explica.
Para alcanzar estos resultados, el grupo investigador ha encuestado a 318 alumnas y 274 alumnos de educación secundaria. Se les pidió que completasen un cuestionario estandarizado y de uso habitual para este tipo de estudios. Compuesto de 25 preguntas, organizadas en dos bloques, se obtiene información acerca de la vida relacional del alumnado y el abuso entre compañeros sufrido, infligido o presenciado y la actuación al respecto.