Edificios inteligentes para ser más eficiente. Foto: Nerses Khachatryan

Investigadores de Elche usan los edificios inteligentes para mejorar la eficiencia energética

El proyecto de investigación de este equipo de la Universidad Miguel Hernández trabajará sobre los edificios inteligentes de la Administración pública de la provincia de Alicante. En él analizarán el llamado nivel de inteligencia que estas infraestructuras poseen, SRI por sus siglas en inglés. Con esos datos propondrán mejoras que contribuyan al ahorro energético, la reducción de Gases de Efecto Invernadero (GEI) y la mejora de la calidad y el confort de sus ocupantes.

La metodología que se llevará a cabo en este proyecto fue propuesta por la Unión Europea en la Directiva de Eficiencia Energética en Edificios (EPBD 2018/844). Y basa su aplicación en un nuevo indicador de Eficiencia Energética. Este es el que directamente está relacionado con el nivel de inteligencia de los edificios, denominado SRI (Smart Readiness Indicator).

Este indicador permite calificar la capacidad de los edificios para adaptar su funcionamiento a las necesidades de sus ocupantes. Eso incluye el optimizar el uso de la energía y el rendimiento general de sus instalaciones. Facetas que implican también modular su funcionamiento y reaccionar a las señales de la red eléctrica (flexibilidad energética).

¿Qué tienen los edificios inteligentes?

El comunicado de la UMH explica que este concepto de edificios inteligentes es aplicable a todo tipo de infraestructuras. Entre ellas las que son críticas como, por ejemplo, oficinas, hospitales, hoteles, bancos, museos, viviendas, etc. Todos son susceptibles de convertirse en edificios inteligentes y, para ello, deben reunir diferentes características. En concreto, han de ser eficientes en el consumo. Los edificios inteligentes tienen sistemas de ahorro de energía y agua y controlan el suministro a través de la información sobre el consumo.

Otra característica es la integración en sistemas de control. Este sistema tiene que estar totalmente implementado en el edificio y formar parte de él, centralmente automatizado para optimizar su operación y administración de forma electrónica. Asimismo, los edificios han de ser seguros y tener los sistemas de seguridad más innovadores; ser flexibles y fácilmente adaptables para implantar los continuos cambios tecnológicos; y ser ergonómicos.

De acuerdo a los datos aportados por la Unión Europea, la implementación de la metodología SRI podría alcanzar un nivel de ahorro anual de hasta 160 TWh de energía primaria. Eso implicaría que se evitaría 23 MTn de emisiones de CO2 al año. El proyecto de la UMH forma parte del Cenid, mediante el convenio suscrito entre la Diputación Provincial de Alicante  y las dos universidades públicas de la provincia. La premisa es básica, ¿cómo impulsar los procesos de innovación, generación y transferencia de conocimiento y tecnología en el ámbito de la inteligencia digital?.

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